Lectores de Enrique Vila-Matas en Facebook

Desde hace ya bastante tiempo Elisa Rodríguez Court, Juan Salas y yo administramos un grupo en Facebook denominado Enrique Vila-Matas. Leyendo a Enrique Vila-Matas, que al momento supera los 1500 miembros.

Debido a la aparición de perfiles con el nombre de Enrique Vila-Matas me parece pertinente aclarar que nuestro grupo no está administrado por él como tampoco lo está ninguna cuenta en Facebook que aparezca con su nombre, ya que Enrique Vila-Matas no posee perfil alguno en esta red social.

Es lamentable que terceros se hagan perfiles suplantando la identidad y estafando a muchas personas que de buena fe suponen que están interactuando con el escritor.

Web de Enrique Vila-Matas
http://www.enriquevilamatas.com/

Blog de Enrique Vila-Matas: El ayudante de Vilnius
http://www.blogenriquevilamatas.com/

Blog de nuestro grupo de Facebook
http://leyendoaenriquevilamatas.wordpress.com/

Los lectores le formulamos algunas preguntas a Enrique Vila-Matas

Desde hace un tiempo, un grupo de personas participamos del grupo  conformado en Facebook  Enrique Vila-Matas. Leyendo a Enrique Vila-Matas

A través de este grupo no sólo publicamos información sobre la obra de Enrique Vila-Matas sino que podemos interactuar entre nosotros y, también, con el propio escritor.

Una vez más  Vila-Matas nos brindó la oportunidad de comunicarnos, esta vez a través de la formulación de diez preguntas relacionadas con su escritura y su obra.

Antes de compartir las preguntas formuladas y sus respuestas, cabe recordar que a través de nuestro grupo los lectores participamos de:

LOS LECTORES VOLVEMOS A HABLAR CON ENRIQUE VILA-MATAS. 

TOMAMOS NUEVAMENTE LA PALABRA FORMULANDO DIEZ PREGUNTAS.

La iniciativa se ha llevado a cabo en nuestra página de lectores de facebook «Leyendo a Vila-Matas».
Agradecemos a este escritor la oportunidad brindada.

1.- ¿Nos podría adelantar algo sobre su próxima novela «Aire de Dylan»?

Ahí va un breve resumen argumental: Vilnius Lancastre, joven Hamlet de Barcelona que tiene un cierto parecido con Bob Dylan y trabaja en un ambicioso proyecto de un Archivo general del fracaso, es miembro de una sociedad de imitadores de Oblomov (la sociedad Aire de Dylan) que hacen de la indolencia total una forma de arte. Por contra, el narrador es un prolífico escritor que, despues de haber entregado su vida a la productividad literaria, se arrepiente de todo lo escrito y se prepara para callar definitivamente, incluso en la vida real, pero no puede evitar ceder a la invitación de Vilnius y de su novia Debora que le encargan la redacción de las memorias apócrifas del padre de Vilnius, el famoso escritor Lancastre, muerto en circunstancias misteriosas. De fondo, la sombra lunática del Hollywood de los años dorados y de Scott Fitzgerald.

2.- Murakami en su libro 1Q84 cuenta que para Chéjov existía un lugar que quería visitar al menos una vez en la vida: Sajalin. ¿Tiene usted también en mente un destino que no quiere perderse, o algo que desee contemplar con sus propios ojos antes de morir, y cuál, o qué, es?

En los últimos cuatro años he descubierto dos ciudades que, por motivos muy diferentes, me han fascinado: Dublín y Turín. Funciono así: no busco sino que encuentro. Espero que aún me sea posible en el futuro encontrar ciudades -porque en mí se trata siempre de ciudades- que puedan sorprenderme. En cualquier caso, prefiero no mostrar ninguna ansiedad, ya llegarán esos descubrimientos -si llegan- cuando tengan que llegar. Le confesaré que si quisiera realmente ver algo «antes de morir» saldría esta misma mañana de casa hacia allí para verlo. Trataría de que estuviera cerca de dónde vivo; por ejemplo, saldría en busca del «aleph» que me han dicho que se oculta en los bajos de una casa de la calle Buenos Aires, aquí en Barcelona, muy cerca de la barbería de Harry Chong, el peluquero que asegura que en su juventud fue amigo de Murakami.

3.- Me gustaría conocer su opinión acerca de la literatura argentina…(no sobre Borges o alguno de los «monstruos» que tenemos aquí en Argentina… sino sobre los escritores más actuales, si es que conoce a alguno.

Ricardo Piglia, Rodrigo Fresán, César Aira, Alan Pauls, Marcelo Cohen y Vlady Kociancich son los autores argentinos actuales que más he leído y, además, a fondo. De toda la literatura hispanoamericana contemporanea (suponiendo que yo creyera que se pueda hablar de la literatura a través de pequeños compartimentos nacionales cuando en el mundo de hoy la literatura está dejando de tener fronteras), la argentina sería la más potente de estos momentos.

4.- Después del funeral de la literatura en Dublín, al que ella misma asistió de su mano, ¿ tendrá ella una oscura existencia de espectro o volverá a la vida renovada?

Aquel funeral fue una fiesta, y mostró, además, que la literatura se ha mantenido siempre viva gracias a su constante impulso de renovación.

5.- Después del leer sobre la espera en su libro «Perder teorías», me tropecé con un verso de René Char que dice: » La espera realizada de espera permanecida espera». ¿Qué le sugiere a bote pronto?

En el mundo narrativo de Julien Gracq –autor que es centro neurálgico de Perder teorías- el tiempo se escande y alarga a través del sistema de sucesión de expectativas que, al verse interrumpidas por otras nuevas expectativas, dan paso a nuevos comienzos y nuevas esperas, y así hasta el final de cada uno de sus relatos, que suele coincidir –tal como se explica en Perder teorías- con el final de la primera expectativa y el comienzo de una nueva espera, que a su vez parece abrir nuevas expectativas. Gracq era alguien muy riguroso y exigente a la hora de nombrar contemporáneos que le parecieran de su propia familia literaria. Nombraba normalmente a Ernst Jünger y al poeta francés René Char y a poca gente más. No es extraño que la frase que usted me cita de Char remita a la idea de la espera como símbolo de una cierta inmovilidad (“la espera realizándose en el momento de la espera misma”, diría yo), y por ahí remita también al mundo de Gracq y a la eternidad del bosque, donde las esperas no parecen conocer la idea de que el tiempo transcurre, pasa.

6.- Cuanto hay de alter-ego en sus personajes…(es obvio que siempre hay desdoblamiento entre el personaje y el autor), pero me gustaría ahondar un poco más en el tema, como también en la empecinada acción de «salvar» a la literatura a punto de morir (¿?)

Todos sabemos que los narradores crean personajes. Pues bien, creo personajes (los diferentes narradores de mis historias, por ejemplo) que son variantes de mí mismo, sin ser jamás yo. Hasta las mujeres que invento se parecen a mí sin ser yo. En cuanto a “la empecinada acción de ‘salvar’ a la literatura”, es un tema para mí recurrente porque en lo que escribo hay un intento de informar colateralmente a lectores del futuro de las dificultades que atravesó el concepto de literatura a finales del siglo pasado y comienzos de éste. Como creo en renacimientos culturales, también creo que algún día llegará nuestra venganza y se mirará con espanto y se ridiculizará a los cómplices del gran circo de la literatura analfabeta que reina en nuestros días.

7.- Señor Vila-Matas ¿vive usted su vida constantemente como si usted mismo fuera un personaje literario, un personaje –shandy- que es un escritor dentro una obra que es escrita –en el papel o en la mente- por usted mismo? y ¿sería esto un obstáculo para vivir y para crear?

Me resulta atractiva esa imagen que se ha hecho usted de mi, viéndome vivir mi propia vida como el personaje de una novela. Pero no se corresponde en absoluto con la realidad. es más, pienso que si yo actuara así, resultaría alguien insoportable. Imáginese, yo diciéndome a mí mismo: ahora voy a vivir un episodio de mi novela…Si eso fuera así, esta respuesta que le doy también sería un episodio novelesco y usted un personaje que me habría enviado una pregunta para saber si yo escribía mentalmente mi vida y yo diciéndole que no, que me resulta atractiva esa imagen, pero que no me dedico a eso, sino sólo a tratar de comprender todo aquello que no comprendo, como, por ejemplo, el por qué los pieles rojas del Lejano Far West consideraban a los locos y a los idiotas criaturas inspiradas por Dios, y como tales les reservaban un lugar de honor en sus tribus…

8.- En la presentación de “Perder teorías”, en Lesseps, comentó que cuando estaba iniciándose en internet recibió un mail de Fidel Castro. Desde entonces me propuse que si Fidel había sido capaz de dar con su dirección de correo electrónico también yo lo haría, pero no. ¿Puede un escritor conocido conseguir la invisibilidad pynchoniana en este entorno digital sin caer alguna vez en la tentación de intervenir ante una crítica y escribir sin pestañear: ”Perdóneme. Soy el Dr. Ingravallo. Sé de lo que estoy hablando” ?

Bueno, he de precisar que ese mail de Castro llegó por el premio Rómulo Gallegos que dan en Venezuela y que me fue otorgado en 2001. Entiendo que el gobierno venezolano -que es quien da el premio- pasó el mail al gobierno cubano y éste me felicitó, firmando su comendante en jefe. Nada ducho entonces en materia de mails (era el tercero que recibía en toda mi vida), entendí literalmente que quien firmaba el mensaje -Fidel Castro- era quien me lo mandaba y me entregué a la causa de contestarle yo ‘también personalmente’.

En cuanto a leer críticas en internet y escribir al imbécil que la hizo, sólo en una ocasión me sentí tentado a responder, pero no lo hice.

En cuanto a la ‘invisibilidad pynchoniana’ soy tan invisible en la Red como usted, amigo.

9.- En Argentina, luego de la terrible crisis de 2001, la atroz dictadura militar, los años 90 de corrupción y saqueo económico y cultural, altísima desocupación, se inició un cambio de época a partir de 2003/ 2004, dándose prioridad a la política de derechos humanos, de justicia social y redistribución de la riqueza. Estamos viviendo un gran momento histórico (no sólo en Argentina sino en Latinoamérica). Muchas máscaras cayeron y otras se están derrumbando, los genocidas están en la cárcel y están siendo juzgados, estamos casi en pleno empleo, etc.. La literatura no escapó a este proceso y está viviendo, también, una época de rescate de escritores que fueron acallados y «especialmente» olvidados por décadas. Hoy en día no hay lugar para la tibieza y muchos intelectuales, escritores, artistas se definen política e ideológicamente con total claridad haciendo militancia. Otros sostienen que el compromiso se asume desde la obra, desde el arte, desde la creación. ¿Cuál es su opinión al respecto y especialmente en relación a la crisis que está viviendo España y Europa que no es sólo financiera? ¿Qué rol -y desde qué lugar- le cabe a la literatura y a los escritores en el proceso de salida de la crisis y recuperación de la dignidad?

Ser un escritor comprometido con la libertad y los derechos humanos no garantiza que uno tenga talento y sea un gran escritor. Cuando escribo, siento que tengo sólo el compromiso con mi propia obra, lo que no crea usted que sea poca cosa. Como ciudadano tengo mis opiniones políticas y en ocasiones las he manifestado claramente. Algo de ellas sospecho que se trasluce en el punto de vista, generalmente tan subjetivo, de mis narradores. Porque también hay una ética del punto de vista, una ética de la mirada. Algo en todo esto tengo muy claro: a la literatura le perjudica en el tiempo todo aquello que es coyuntural, que está ligado a la actualidad, a la larga el lector tropieza con las circunstancias. Quien mejor reflejó en Argentina el aire podrido de la dictadura militar fue Manuel Puig, que no parecía hablar directamente de la represión fascista. Es paradójico, pero para saber lo que ocurrió en esos años de Argentina sirve más Manuel Puig que cualquier de los pocos talentosos narradores que trataron de denunciar con sus relatos la represión. Yo creo que informa mejor Puig de aquel aire putrefacto que otros que literalmente trataron de describirlo. En el mismo orden de cosas, quisiera decirle que yo me alegro enormemente de los progresos en todos los aspectos que se están dando en América Latina. Hace tiempo ya que comencé a celebrar el gran porvenir que se ha abierto para unos países con los que –como he ido demostrando a lo largo de los múltiples viajes que he ido realizando a esas tierras a lo largo de mi vida- me unen lazos de afecto, de agradecimiento y de admiración.

10.- ¿Es usted Enrique Vila-Matas?

Faltaría más.

Diciembre, 2011

Fuente:

Enrique Vila-Matas.Leyendo a Vila-Matas, en Facebook.

Leyendo a Enrique Vila-Matas

Por: Alejandra Moglia

Desde hace un tiempo se ha conformado en la red social facebook un grupo -del cual formo parte- llamado Enrique Vila-Matas. Leyendo a Enrique Vila-Matas. En dicho espacio se publican enlaces con información sobre su obra,  opiniones, actividades, etc. con el objeto de debatir y compartir experiencias literarias en relación a la lectura de este autor.

El creador y uno de los administradores del grupo  Juan Salas dice lo siguiente:

Tomamos la palabra, porque no somos lectores pasivos. Sabemos que, cuando atravesamos con la mirada los libros y los textos literarios, dejamos en ellos una parte de nosotros mismos. Entre sus páginas nos extraviamos, nos encontramos, nos disolvemos. Tal vez busquemos mediante la lectura recuperar una parte perdida de nosotros mismos o algo que tanto duele haber perdido por no haberlo tenido nunca.

Y más adelante agrega:

Las palabras escritas ponen a prueba nuestro modo de pensar y de sentir, alargan nuestra mirada y, a la vez, se brindan en las páginas como espejos de nuestros rostros, de nuestra primera y segunda piel, de la dicha, del fracaso, del dolor, de los sueños.

Por razones comunes, y también muy diversas, cada uno de los que formarmos parte de este grupo elegimos a este autor del cual el escritor argentino Alan Pauls ha dicho:

Buena parte de la historia de la literatura contemporánea se distrae en esas batallas campales, que son divertidas y excitantes pero también estériles, aun en los casos —excepcionales, es cierto— en que se dignan regar la tierra de sangre. Mi idea es que podríamos ahorrárnoslas —o eventualmente reemplazarlas por batallas nuevas: la de la Risa contra la Gravedad, por ejemplo, o la de la falsa escuadra contra el savoir faire. Podríamos ahorrárnoslas de una manera muy simple, accesible, portátil: leyendo a Enrique Vila-Matas.

El grupo se constituyó en un espacio que concentra la mayor parte de la información que se publica acerca de Enrique Vila-Matas a través de enlaces a sitios Webs, blogs, diarios, revistas, videos, etc., y permite no sólo la interacción entre los lectores sino también con el escritor quien nos ha concedido dos entrevistas: una general,  y otra sobre el libro Dublinesca.  Además nos brindó la posibilidad de elegir citas de sus obras, de las cuales seleccionó 21 de ellas y las comentó una por una.

Me resulta imposible hacer una selección adecuada de todo lo publicado hasta el momento y por eso dejo aquí sólo algunos escasos recursos de inforrmación.

Página Web de Enrique Vila-Matas

Existe una enorme cantidad de blogs que abordan a este autor a través de reseñas, noticias, bibliografía, opiniones, entrevistas, etc., por ejemplo:

Otro de los administradores del grupo es Elisa Rodríguez Court quien en su blog Jardín de estatuas sin ojos señala:

Me sumerjo nuevamente en Dublinesca, obra de Enrique Vila-Matas. Esta vez busco a Samuel Riba, su protagonista, como lector. ¿Qué es, si no un lector riguroso, quien tiende a leer la vida como un texto literario?  Lo hace Riba a lo largo de su travesía en el libro.
Riba es un editor culto que ha cerrado su editorial, después de esta haber alcanzado un notable prestigio. Si bien su fracaso como editor se debe en parte a sus pésimas gestiones económicas, los motivos de la quiebra parecen ser otros de mayor importancia. En principio, dos que implican a Riba como lector: su fanatismo desmesurado por la literatura y su resistencia a publicar libros con las historias góticas de moda, planas, insustanciales. Libros pudibundos, como los ha definido Marguerite Duras.

En cierto modo, un editor no deja de simbolizar esa mediación entre escritores y lectores y, como puente entre ambas orillas, Riba ha leído hasta quemarse las pestañas para elegir a los mejores escritores y poner el resultado de su actividad lectora en manos de otros lectores.

El narrador de Dublinesca afirma no sólo que Riba tiende a leer su vida como un texto literario, sino también a interpretarla con las deformaciones propias del lector empedernido que ha sido durante tantos años. En este sentido, Riba se conforma como un lector autónomo.

De: Dublinesca: la lectura como creación de un universo y como refugio, Elisa Rodríguez Court. En: Jardín de estatuas sin ojos.

 

Libros publicados del autor

Algunos videos




Enrique Vila-Matas. Autógrafos. Hacer clic en la foto para ir al video

 

Entrevistas concedidas al grupo

 

La ironía (al menos en literatura) es un complot contra la realidad. Al ironizar, nos liberamos de la realidad que nos acongoja y que quiere hacernos creer que es ella lo único que existe. Ironizamos y nos ausentamos de su reino malévolo.

Ver primera entrevista: Autores que sigo: Enrique Vila-Matas

Dublinesca no sería nada si no existiera la poesía, pero no puedo obligar a nadie a que encuentre la poesía entre sus páginas, porque la poesía se detecta o no, no hay vuelta de hoja. Yo la sé ver en el libro, quizás porque me hallo en un sitio con un buen panorama sobre las ventanas altas de Grand Central Station de Nueva York. O quizás porque me hallo en un lugar con mucha luz, el lugar desde el que precisamente contesto esto y desde donde ahora mismo estoy apreciando con inquietud que la lluvia azota sin piedad un tren de 21 pasajeros, cada uno con su pregunta. Un tren muy cercano, abandonado de súbito.

Sobre las citas

“No sabía qué decirle. Me pareció que ya le había dicho demasiado diciéndole que era yo.” (De: Doctor Pasavento)

Son unas palabras que me sorprenden y que me encantan porque no reconozco como mías. Si resultara que finalmente son mías, sólo viene en mi auxilio una hermosa frase escrita por Brecht, el estribillo del primer poema que aparece en el Lesebuch für Städtebewohner: “¡Borra las huellas!”

Todas las citas comentadas en: Los lectores hablamos con Vila-Matas, primera y segunda parte.


Nuestro espacio en Facebook

«…En el fondo los volcanes, reales o inventados, no son más que la búsqueda del origen, del comienzo de la vida y del arte. Un volcán resume mejor que nada la contradicción entre la belleza y el dolor. Un volcán es el origen y es también la geometría de la erupción, mezcla entre la atracción y el rechazo. (…).
Desde esos abismos sube un rumor y una conmoción, como de planchas enormes que golpearán y trabajarán… Es el arte, es la grieta del destino…».
Enrique Vila-Matas, en: Dietario Voluble.