Hermann Hesse

Quería tan solo intentar vivir aquello que tendía a brotar espontáneamente de mí. ¿Por qué habría de serme tan difícil?
Hermann Hesse, en: Demian

2 de julio de 1877 – 9 de agosto de 1962. Foto: Hermann Hesse.de

Hermann Hesse nació en Calw, Alemania, el 2 de julio de 1877. Su período más rico de producción literaria lo pasó en Montagnola (Tessin), Suiza, en donde se instaló a partir de 1919 para permanecer allí hasta su muerte el 9 de agosto de 1962.

La obra de Hesse se encuentra marcada por la influencia de su familia, por su viaje a la India en 1911 y, por sus crisis personales. La superación de estas crisis es uno de los puntos centrales de su obra.

Ha escrito una obra vasta e importantísima, incursionando en la poesía y la prosa, por ejemplo Demian, Sidartha, El lobo estepario, Narciso y Goldmundo, y El juego de los abalorios.

La influencia de su familia y sus raíces puede observarse en sus producciones y, particularmente, en Demian. Su poética y narrativa está referida a la búsqueda de una identidad propia y a la lucha que esto conlleva. Esta búsqueda permanente de la identidad lo sometió a un doloroso autoanálisis que terminó en serias crisis personales en donde vio comprometida, en más de una oportunidad, su salud psíquica y física.

La primera crisis fue producto de la marcada influencia de su casa paterna y de la educación recibida que lo afectaron desde muy joven. La segunda crisis se produjo durante al Primera Guerra Mundial, la cual le provocó tormentos internos muy terribles. El punto de inflexión en su vida se produjo cuando, tras numerosos intentos por recuperar su equilibrio mental y físico, tomó contacto con el psicoanálisis que le ayudó a enfrentarse a todos los conflictos que venía arrastrando desde su juventud. El acercamiento al psicoanálisis se debió a la influencia de su doctor Joseph B. Lang quien era un discípulo de Carl Jung.

En 1911 realizó un viaje a la India y a Indonesia en donde se sintió muy desilusionado, ya que no pudo encontrar las raíces asiáticas que tanto admiraba debido al colonialismo en las relaciones sociales. Sin embargo, a pesar del desencanto, este viaje inspiró la novela Sidartha.

Además de las crisis personales, la religión jugó un papel singular en su vida y en su obra. Nació en el seno de una familia protestante y el intento de su padre para que recibiera una educación religiosa lo alejó del cristianismo. Sin embargo, la actividad de su padre y su abuelo como misioneros en la India lo acercó al budismo y al hinduismo. Posteriormente, su admiración por la cultura china lo llevó al estudio del taoísmo. Todo este camino de búsqueda espiritual y de oposición entre religión y fe, finalmente lo reconcilió con el cristianismo, desarrollando una idea de síntesis de las religiones sobre la base de una mística universal.

Con respecto a su posición política, si bien Hesse siempre se consideró a sí mismo como un poeta y no como un político, su marcada preocupación por la humanidad y su defensa permanente de la paz lo denotan como un hombre comprometido con su época y con el mundo. Al estallar la Primera Guerra Mundial, se dedicó a escribir una serie de artículos contrarios a la guerra y, con el surgimiento del nacionalsocialismo, las críticas de Hesse no tardaron en aparecer. Aunque sus libros no estaban prohibidos fueron categorizados como “no gratos” y él como un “traidor a la patria”. Muchos de los exiliados políticos –entre ellos Thoman Mann- encontraron asilo y apoyo financiero en su persona.

En 1946, le otorgaron el Premio Nobel de Literatura. Sin embargo, no asistió a la ceremonia enviando una disculpa escrita en donde mencionó que su ausencia se debía a su mal estado de salud y a la destrucción de su obra en Alemania desde 1933.

Hermann Hesse es un autor que no debería eludirse en la adolescencia y los primeros años de la juventud. Rescata los valores esenciales del ser humano y el sello individual de cada persona, aquello que nos hace únicos e irrepetibles, diferenciándonos de lo masificado. Como sostiene Rubén Seifert “Hermann Hesse es un puente entre la naturaleza y el espíritu… Hesse es sueño, pertenece a lo real y a lo irreal, donde se cruzan las corrientes de la tierra y el cielo”.

Su obra nos señala la lucha permanente entre el mundo permitido y el prohibido, entre el bien y el mal, entre nuestro mundo interno y el externo. Todo este proceso de lucha que se manifiesta en cada persona lleva a una ampliación de la conciencia. El hombre, según Hesse -y gracias a la influencia que en él ejerció el psicoanálisis-, deberá descender a los infiernos y no eludirlo ni ignorarlo para poder recuperar luego la libertad perdida y salir fortalecido e íntegro.

Su visión universalista  pero a la vez ese rescate de lo esencial y lo particular de cada persona diferenciándola de la masa, su oposición expresa a las guerras y su permanente defensa del pacifismo, lo han convertido no sólo en un escritor de culto de miles de jóvenes de su época y de las generaciones posteriores sino en un autor actual y necesario.

Efectivamente, Hermann Hesse es “un puente entre la naturaleza y el espíritu”, entre esa dualidad que llevamos en nuestro interior los seres humanos: tal como él nos lo ha demostrado en sus libros, algunos están más cerca de la naturaleza y otros del espíritu, pero ese camino por el que todos transitamos entre estos dos extremos es la búsqueda obligada que debe hacer cada hombre y cada mujer para encontrarse consigo mismo y con los demás.

A través de Emil Sinclair, de Goldmundo, del Lobo Estepario podemos vislumbrar a la persona que intenta ser y asumirse como tal en ese camino, descubriendo el verdadero sentido de la existencia. En nuestro interior podemos encontrar a un Narciso o a un Godmundo, a un Lobo Estepario degradado, sufriente y amargado, o a un Harry Haller intentando aprender a vivir y descubriendo, entre tantas cuestiones también importantes, que el sentido del humor es un recurso fundamental y necesario para continuar en el camino de la vida. ◘AM.

No puedo adjudicarme el título de sabio. He sido un hombre que busca, y aún lo sigo siendo; pero ya no busco en las estrellas y en los libros, sino que comienzo a escuchar las enseñanzas que me comunica mi sangre. Mi historia no es agradable, no es dulce y armoniosa como las historias inventadas. Tiene un sabor a disparate y a confusión, a locura y a sueño, como la vida de todos los hombres que ya no quieren seguir engañándose a sí mismos.

Hermann Hesse, en: Demian

FUENTES

  • Carranza, Gonzalo y Scafati, Luis. Hesse para principiantes. Buenos Aires: Era Naciente. 2000
  • Seifert, Rubén. Hermann Hesse: entre naturaleza y espíritu. Buenos Aires. Hastinapura.
  • Kindlers neues Literatur-Lexikon. CD-ROM. München, NWV, 2000
  • Das Hermann Hesse Portal

Käthe Kollwitz

Me gustaría influir en esta época en que los seres humanos están tan perplejos y necesitados de ayuda.

Käthe Kollwitz, 1922

Käthe Kollwitz nació en Königsberg, Alemania, en 1867 .

Desarrolló sus estudios y trabajos en Berlín, Munich y, también, Florencia. Se dedicó especialmente a la gráfica y su estilo fue pasando del naturalismo al expresionismo. Trató con artistas como Max Klinger quien ejerció una profunda influencia sobre su obra. También ha recibido influencias de Edvar Munch. Hoy en día se la conoce como una de las artistas más importantes del realismo crítico.

Fue exitosa y reconocida en su época, y durante el Tercer Reich estuvo prohibida, siendo catalogada por el régimen como artista degenerada. Realizó carteles y pancartas antiguerra, sus dibujos fueron claves en los manifiestos de protesta contra el nazismo, la guerra y la opresión.

Rostros de niños hambrientos, madres desesperadas, desamparados, muerte, explotación y miseria constituyen los elementos centrales de su obra que denuncia la injusticia y la brutalidad.

Desde 1933 vivió recluída hasta su muerte, en abril de 1945, faltando muy poco para la caída de Berlín.

A través de su obra, Käthe Kollwitz le puso voz a las mujeres y a los niños de todas las guerras, convirtiéndose en la protesta y en el reclamo de todos los desamparados.

Ver:

Käthe Kollwitz Museum Köln

Käthe Kollwitz Museum Berlin

A nuestros sucesores, Bertolt Brecht

I

Realmente vivo en una época sombría.
La palabra inofensiva es estúpida. Una frente lisa
es signo de insensibilidad. El hombre que ríe
no se ha enterado aún, simplemente, de
la terrible noticia.
¿Qué época es esta en que
hablar de los árboles es casi un delito
porque significa el silencio entre tantos honores?
Ese hombre que cruza silenciosamente la calle
está, es lo más probable, fuera del alcance de sus amigos,
en apuros.
Es verdad que yo puedo aún ganarme el sustento,
pero, creedme, eso es mero accidente. Nada
de lo que yo haga me da derecho a comer hasta hartarme.
Sólo me he librado por casualidad. (Si no tengo suerte,
estoy perdido).
Me dicen, come y bebe. Da las gracias por lo que tienes.
Pero… ¿cómo puedo comer y beber si
le estoy arrebatando la comida al hambriento y
alguien ansía mi vaso de agua?
Y, con todo, como y bebo.
También me gustaría ser sabio.
Los escritores de la antigüedad nos dijeros qué es la sabiduría:
mantenerse alejado de las luchas del mundo y gastar sin temor
nuestra breve vida
y cruzarla además sin violencia,
responder al mal con el bien.
No satisfacer los propios deseos, sino olvidar
se considera una prueba de sabiduría.
Todo esto yo no lo puedo hacer:
realmente, vivo en una época sombría.

II

Vine a las ciudades en tiempos de desorden,
cuando reinaba allí el hambre.
Vine al pueblo en una época de rebelión
y me rebelé con él.
Así, pasó el tiempo
que me habían asignado sobre la tierra.
Todos los caminos llevaban al fango en mi tiempo,
mi manera de hablar me delataba al matarife.
Yo no podía hacer mucho. Pero confié en que los que estaban en el poder
se sentirían más a salvo sin mí.
Así, pasó el tiempo
que me habían asignado sobre la tierra.
Nuestra fuerza era escasa. La meta
estaba lejos,
podía distinguirse con claridad, aunque yo
difícilmente la alcanzaría.
Así, pasó el tiempo
que me habían asignado sobre la tierra.

III

Tú, que emergerás de la crecida
que nos ha cubierto,
piensa también
cuando hables de nuestras debilidades
en la época sombría
de la cual has escapado.
Pasamos, cambiando de patria más a mneudo que de zapatos,
a través de la guerra de clases, perplejos
cuando sólo había injusticia y no gritería.
Y, sin embargo, sabemos:
el odio, hasta contra la degradación,
deforma las facciones.
La ira, hasta contra la injusticia,
enronquece la voz. Oh, nosotros,
que queríamos preparar el terreno para la amistad
no podríamos mostrarnos amistosos.
Pero vosotros, cuando las cosas hayan llegado tan lejos
que el hombre le ayude al hombre,
tenedlo en cuenta cuando penséis en nosotros.

En: ,,An die Nachgeborenen». Poema final de ,,Svendborger Gedichte».

Bertolt Brecht y los obreros

A fines de diciembre de 1934, el director teatral Erwin Piscator -exiliado en Moscú debido a la llegada de Hitler al poder- le pidió a Bertolt Brecht una canción para presentar en la I. Erste Internationale Musikolympiade.  Brecht se reunió con el músico Hanns Eisler y escribieron la Canción del Frente Unido, en alemán Das Einheitsfrontlied.

La misma comienza diciendo:

Y como ser humano
el hombre lo que quiere es su pan
Las habladurías le bastan ya
Porque éstas nada le dan
Pues, un, dos, tres,
Pues, un, dos, tres.
Compañero, en tu lugar!
Porque eres del pueblo afíliate ya
En el Frente Popular.

Si hacemos una traducción más literal del estribillo, su parte final dice «Afiliate al frente unido de los trabajadores porque también sos un trabajador».

Cuando Brecht escribió su texto lo hizo para que la misma realmente sea un himno de todos los trabajadores en su lucha contra el nazismo. Y así fue, la misma se transformó en una de las marchas más populares de lucha a favor de los trabajadores, y en contra del fascismo.

El cantante  y militante Ernst Busch fue quien la popularizó con su voz.

Und weil der Mensch ein Mensch ist,
drum braucht er was zum Essen, bitte sehr!
Es macht ihn ein Geschwätz nicht satt,
das schafft kein Essen her.

Drum links, zwei, drei!
Drum links, zwei, drei!
Wo dein Platz, Genosse ist!
Reih dich ein, in die Arbeitereinheitsfront,
weil du auch ein Arbeiter bist.

Und weil der Mensch ein Mensch ist,
drum braucht er auch Kleider und Schuh!
Es macht ihn ein Geschwätz nicht warm
und auch kein Trommeln dazu!

Drum links, zwei, drei!
Drum links, zwei, drei!
Wo dein Platz, Genosse ist!
Reih dich ein, in die Arbeitereinheitsfront,
weil du auch ein Arbeiter bist.

Und weil der Mensch ein Mensch ist,
drum hat er Stiefel im Gesicht nicht gern!
Er will unter sich keinen Sklaven sehn
und über sich keinen Herrn.

Drum links, zwei, drei!
Drum links, zwei, drei!
Wo dein Platz, Genosse ist!
Reih dich ein, in die Arbeitereinheitsfront,
weil du auch ein Arbeiter bist.

Und weil der Prolet ein Prolet ist,
drum wird ihn kein anderer befrein.
Es kann die Befreiung der Arbeiter
nur das Werk der Arbeiter sein.

Drum links, zwei, drei!
Drum links, zwei, drei!
Wo dein Platz, Genosse ist!
Reih dich ein, in die Arbeitereinheitsfront,
weil du auch ein Arbeiter bist.

Das Einheitsfrontlied es un llamamiento a los trabajadores para que se unan en un frente proletario que les permita una victoria.  Esta marcha o canción ha sido ejemplo e inspiración de muchas otras que le sucedieron en otros países.

Existe un poema en donde Brecht hace referencia a quiénes son los que realmente hacen y escriben la historia. Se trata de Preguntas de un obrero que lee. Este poema lo escribió en 1935 durante su exilio en Dinamarca.

¿Quién construyó Tebas, la de las siete puertas?
En los libros están los nombres de los reyes.
¿Los reyes arrastraban los bloques de piedra?
Y Babilonia, tantas veces destruida,
¿quén la reconstruyó una y otra vez?
¿En qué casas de la dorada Lima vivían los que la levantaron?
La tarde en que se dio por terminada la gran muralla china
¿a dónde fueron los abañiles?
La imponente Roma está llena de arcos de triunfo.
¿Quién los edificó? ¿Sobre quiénes triunfaron los césares? ?Los habitantes
de Bizancio, cantada en mil alabanzas, vivían todos en placios?
Si aun en la legendaria Atlantis, la noche en que la tragó el mar
los que se ahogaron aullaban reclamando esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿El solo?
César derrotó los galos.
¿Ni siquiera llevaba un cocinero consigo?
Felipe de España lloró cuando se hundió su armada.
¿Nadie más lloró ese día?
Cada página una victoria.
¿Quién cocinaba el festín?
Cada diez años un gran hombre.
¿Quién pagaba los gastos?

A tantos informes
tantas preguntas.

En su lengua original el poema se titula Fragen eines lesenden Arbeiters.

Wer baute das siebentorige Theben?  
In den Büchern stehen die Namen von Königen.  
Haben die Könige die Felsbrocken herbeigeschleppt?  
Und das mehrmals zerstörte Babylon,  
Wer baute es so viele Male auf ? In welchen Häusern  
Des goldstrahlenden Lima wohnten die Bauleute?  
Wohin gingen an dem Abend, wo die chinesische Mauer fertig war,  
Die Maurer? Das große Rom  
Ist voll von Triumphbögen. Über wen  
Triumphierten die Cäsaren? Hatte das vielbesungene Byzanz  
Nur Paläste für seine Bewohner? Selbst in dem sagenhaften Atlantis  
Brüllten doch in der Nacht, wo das Meer es verschlang,  
Die Ersaufenden nach ihren Sklaven.  
Der junge Alexander eroberte Indien.  
Er allein?  
Cäsar schlug die Gallier.  
Hatte er nicht wenigstens einen Koch bei sich?  
Philipp von Spanien weinte, als seine Flotte  
Untergegangen war. Weinte sonst niemand?  
Friedrich der Zweite siegte im Siebenjährigen Krieg. Wer  
Siegte außer ihm?  
Jede Seite ein Sieg.  
Wer kochte den Siegesschmaus?  
Alle zehn Jahre ein großer Mann.  
Wer bezahlte die Spesen? 

So viele Berichte,  
So viele Fragen.

En el poema Preguntas de un obrero a un médico, Brecht manifiesta la crueldad e hipocrecía del sistema, y cómo el individuo se ampara en éste para no hacerse cargo de aquello que también debiera ser su causa.

¡Nosotros sabemos lo que nos enferma!
Cuando nos sentimos mal nos enteramos
que eres tú el que nos va a curar.

Durante diez años, nos dicen,
en hermosas escuelas
construidas con dinero del pueblo,
aprendiste a curar, y tu ciencia
te ha costado una fortuna.
Tienes que saber curar.

¿Sabes curar?

En tu consultorio
nos arrancan los harapos
y tu aplicas el oído a nuestros cuerpos desnudos.
Una mirada a los harapos te informaría mejor
sobre la causa de nuestra enfermedad. La misma causa
desgasta nuestros cuerpos y nuestras ropas.

Dices que el dolor en el hombro
proviene de la humedad, de la que
también proviene la mancha que hay en la pared de nuestra casa.
Dinos entonces:
¿De dónde proviene la humedad?

Exceso de trabajo y falta de comida
nos hacen flacos y débiles.
Tu receta dice:
«Tiene que aumentar de peso».
Es como decirle al junco
que no debe mojarse.

¿Cuánto tiempo nos dedicas?
Es evidente: la alfombra de tu casa
cuesta tanto como cinco mil consultas.

Probablemente dirás que eres inocente.
La mancha de humedad en la pared de nuestra casa dice lo mismo.

En alemán, el poema se titula Rede eines Arbeiters an einen Arzt

Wir wissen was uns krank macht!
Wenn wir krank sind hören wir
Daß du es bist, der uns heilen wird.

Zehn Jahre lang, heißt es
Hast du in den schönen Schulen
Die auf Kosten des Volkes errichtet wurden
Gelernt, zu heilen, und für deine Wissenschaft
Ein Vermögen ausgegeben.
Du mußt also heilen können.

Kannst du heilen?

Wenn wir zu dir kommen
Werden uns unsere Lumpen abgerissen
Und du horchst herum an unserem nackten Körper.
Über die Ursache unserer Krankheit
Würde dir ein Blick auf unsere Lumpen
Mehr sagen. Dieselbe Ursache zeschleißt
Unsere Körper und unsere Kleider.

Das Reißen in unserer Schulter
Kommt, sagst du, von der Feuchtigkeit, von der
Auch ein Fleck in unserer Wohnung kommt.
Sage uns also:
Woher kommt die Feuchtigkeit?

Zu viel Arbeit und zu wenig Essen
Macht uns schwach und mager.
Dein Rezept lautet:
Ihr müßt zunehmen.
Da kannst du auch dem Schilf sagen
Es soll nicht naß werden.

Du sagst wahrscheinlich, daß du
Unschuldig bist. Der feuchte Fleck
An der Wand unserer Wohnungen
Sagt nichts anderes.

En un poema inédito titulado Los telones, dice Brecht:

Pinten
en el gran telón de escena
la paloma militante de la paz
de mi hermano Picasso.
Tiendan atrás el alambre
y cuelguen allí
la pantalla que se agita gentilmente
con sus dos alas de gasa entrecruzadas;
la pantalla que permite
desaparecer a la mujer trabajadora
mientras reparte sus panfletos
y permite desaparecer a Galileo
mientras se retracta.
La pantalla puede ser
de basto lienzo o de seda
de cuero blanco o rojo
yo no lo sé
depende de la obra.
Pero no oscurezcan demasiado la pantalla
ya que deben proyectar sobre ella
los títulos de las acciones por venir
y de este modo crear el suspenso
y la adecuada expectativa.
¡No construyan muy alta mi pantalla!
¡No enclaustren el escenario!
Si el espectador se recuesta en su asiento
debe ver
la luna de estaño que desaparece
y el techo de la casa que se coloca.
No le revelen demasiado
pero si revélenle algo.
Amigos
dejen que el espectador descubra
que ustedes no hacen magia
sino que trabajan.

Fuentes

Ciria, Alberto. Brecht. Buenos Aires: Jorge Alvarez, 1967

Kettel, Andreas. Volksliederbuch. München: Rowohlt, 1979

Trotz alledem. Disponible en: http://www.kampflieder.de/liedtext.php?id=387

Poemas de Bertolt Brecht

A media voz. Disponible en: http://amediavoz.com/brecht.htm

Bertolt Brecht, Dichter. Disponible en: http://www.commonwood.de/Spirit/brecht.html

Brecht, Bertolt. 80 poemas y canciones. Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 1999.

Brecht, Bertolt. Poemas y canciones. Madrid: Alianza, 1968

Fragen eines lesenden Arbeiters. Disponible en: http://www.sgipt.org/wisms/geswis/brecht.htm

Poemas del alma. Disponible en: http://www.poemas-del-alma.com/bertolt-brecht.htm

Preguntas de un obrero que lee. Disponible en: http://www.thehouseofblogs.com/articulo/bertolt_brecht_preguntas_de_un_obrero_que_lee-278283.html