Ella en general, Alberto Vanasco

de buena fuente sé que tu sonrisa estalla como los frutos
que tu nombre resuena como las declinaciones más antiguas
que en ti todo se excede como el año se vuelca
que los días te siguen hasta hacerte volar
que tu boca es más suave que los saltos del universo
más dulce que la memoria de las primas que tanto hemos amado
es en tus ojos donde la luz desata sus mares

es por ti que el mar reanuda su juego
es en tu voz donde la noche amansa sus vientos propicios
y es en el centro de tu risa donde el día ordena sus mástiles

es a ti a quien la mañana dedica su empeño
a quien prefiere la línea del mediodía
por quien se preparan los hábitos del anochecer

es por ti que cada nombre ha clavado sus anclas
y por quien el año alberga demasiado optimismo

es en tu corazón donde madura lo que está por venir

Alberto Vanasco

De: Ella en general

Vanasco, Alberto. Ella en general. Buenos Aires: Poesía Buenos Aires, 1954

 

Los muchos que no viven, de Alberto Vanasco

La pregunta se repite, una y otra vez. Lo que cambia es el lugar. Puede ser en la casa céntrica de un amigo, al que despierta todos los mediodías para el beneplácito de la madre. O si no en un almacén barrial, dándole clases de matemática a la hija adolescente de sus dueños, que se quejan por su inconstancia horaria o por la falta de resultados de sus cursos. También en su hogar suburbano, donde despierta cada tanto, rodeado de voces femeninas que lo irritan y un hijo al que lamenta ver poco, pero del que huye apenas puede.

Lo que se pregunta todo el tiempo el protagonista de Los muchos que no viven es “¿qué hago yo acá?”. Y la respuesta jamás llega, porque preguntárselo implica perderse en interminables y recurrentes monólogos existencialistas, que se intercalan con una sucesión de intrigantes escenas triviales –y justamente por eso fascinantes–, y diálogos veloces y breves, a veces banales y forzados, otras naturales y dinámicos. Sobre esa dialéctica entre autorreflexión y velocidad vital discurre este breve libro del tan olvidado Alberto Vanasco (1925-1993), que su amigo Mario Trejo presenta –a pesar de que su edición original data de 1964– como una novela sobre Buenos Aires en los años cincuenta. “Muestra las carencias de nuestro país, la desolación y la frustración de muchos de los que sí vivíamos”, escribe Trejo en el prólogo de su merecida reedición. “Con escenas que parecen sacadas de una película, presenta una vida, la de una generación y la de sus amigos.”

Martín Pérez (seguir leyendo en Página/12)

Los muchos que no viven, de Alberto Vanasco fue publicada en 1964 y actualmente reeditada por la editorial Mil Botellas.

FUENTE

Pérez, Martín. Los jóvenes viejos. En: Página/12, 20 de noviembre de 2011

Muerte de la poesía, Alberto Vanasco

A Enrique Molina

Oigo caer la lluvia
y es solo el agua que se precipita en la luz vacía del amanecer.

Toco la claridad del día que nace
y es solo la mañana y aquello que la mañana aún no ha vencido.

Miro tu piel, tus manos
y hallo solo la soledad más cruda de la tierra.

Huelo el aire difuso del otoño
y es solo la opresión, el peso de una atmósfera gastada.

Palpo los objetos, las ropas, los vidrios transpirados
y es nada más que la fatiga de la materia, la desolación del tiempo.

Todo todo ha sido arrasado para siempre
por la ciega porfía de este diluvio irreparable.

Alberto Vanasco

Vanasco, Alberto. Canto rodado. Buenos Aires: Sudamericana, 1970

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