Gabriel García Márquez: In Memoriam

No recuerdo esa época ni como la de un niño feliz  ni la de un niño infeliz sino como alguien que tenía una vida propia, un mundo propio dentro del cual vivía  y que es el que ha alimentado todo el resto de mi obra.

Gabriel García Márquez

6 de marzo de 1927 – 17 de abril de 2014

Comparto este video en el cual Gabriel García Márquez  se refiere a la influencia que su infancia tuvo en su obra.

William Ospina en el IV Congreso Iberoamericano de Cultura

Hacer clic en la imagen para acceder al video

Durante el IV Congreso Iberoamericano de Cultura que se realizó en la ciudad de Mar del Plata, Argentina, los días 15 y 16 de septiembre pasados, se llevó a cabo un recital de la palabra para invitar a la lectura, en el que participó el poeta colombiano William Ospina.

En el marco de ese recital el poeta leyó sus poemas Franz Kafka, Canción de los dos mundos y un poema inédito.

FUENTE: CONABIP

Franz Kafka, de William Ospina

Padre, le digo, dame tres granos de cebada para despertar al
durmiente.
Pero mi padre no responde:
es un enorme jinete de bronce, alto sobre colinas y sinagogas.
Madre, le digo, aparta tanta niebla,
muéstrame un rostro dulce, del que broten palabras ingenuas.
Pero ella se ha perdido por los callejones de piedra
y sólo encuentro en el espejo sus ojos inmensos.
Abuelo, digo entonces, ya no luches más con el ángel,
ven a contarme historias junto al fuego, mientras se hiela el Elba.
Pero el viejo me mira con ojos ausentes, y comprendo
que no es éste mi abuelo sino un viejo gitano que quiere venderme
un recuerdo.
Hermana, bella hermana, le digo,
toma mi mano que está oscuro en esta casa inmensa.
Pero a mi lado pasa una condesa polaca monumental y arrogante
y se escucha un violín, y se cierra una puerta.
Hermano, digo, qué bello cabalgas sobre el potro de madera y
de laca,
¿hacia dónde nos llevan estas tardes inciertas?
Pero él es sólo una imagen, una gris fotografía en mis manos,
y a lo lejos, atroces, los cañones resuenan.
Goethe, le digo, cántame una canción romana,
haz que yo sienta en mi corazón esta antigua tristeza.
Pero la tumba calla y sobre ella vuelan grises palomas
y no puedo abrir este libro porque sus páginas son de ceniza.
Milena, digo luego, tal vez tú puedas finalmente salvarme,
dime que soy de carne y de sangre, que esto que me atenaza es un deseo
Pero ella se afantasma entre miles de seres escuálidos
y apenas si percibo dos llamas que se apagan muy lejos.

¿Entonces es delirio todo esto? ¿A quién puedo llamar que me
salve?
Su reino es de este mundo. Todos están aceptados y absueltos.
Son demasiado humanos, son demasiado justos,
y yo no logro hablarles con mi estruendo de élitros.
y no aprendí a cruzar las puertas,
y no sé defenderme.

Si ves dos grises ojos de gato en la gótica noche de Praga
comprenderás que temo morir si me duermo.
Si oyes una canción en la gótica noche de Praga
comprenderás que intento saber dónde me encuentro.
Si oyes un corazón en la gótica noche de Praga
comprenderás quién sostiene todo este sueño.

William Ospina

Visto en: Voz y Mirada

Una charla sobre la poesía entre Jorge Boccanera y Juan Manuel Roca

La poesía siempre se asocia con el libro, pero yo la asocio más con el grafiti, las cartas y con la canción. En Argentina la poesía está muy metida en la canción, desde Atahualpa Yupanqui, hasta en el rock, con Spinetta. La poesía está muy viva y encontrará muchas maneras de sobrevivir. Jorge Boccanera

El Espectador.com publicó una nota en la cual los poetas Jorge Boccanera (Argentina) y Juan Manuel Roca (Colombia) mantienen una conversación acerca de la poesía, reflexionando sobre su rol en el mundo, su función social y política.

Yo creo que es urgente darle un giro a esa idea de que está muy cargada de naftalina, de que pertenece a un ámbito que no es cercano a la cotidianidad. Quizá muchos jóvenes han descubierto que la poesía es una esencia del lenguaje y una compañía, es una prótesis para andar, cuando descubren que no es puramente estetizante; una persona así está condenada a vivir de la poesía. Juan Manuel Roca.

La charla se dio en Bogotá y puede leerse en forma completa aquí.

Jorge Boccanera

Suma

Los días no contaban para mí,
bastaba la palabra.
Yo escuchaba en cuclillas cómo alguna palabra
———-conversaba con otra.
No contaban los días.
Pero extravié palabras y los días me siguieron de
———-cerca con sus largos abrigos.
Yo iba mirando el suelo.
«Ese no cuenta el cuento», vaticinaron unos.
Yo no escuchaba a nadie, yo contaba con ellas.
Los días fueron como trapos mojados en los pies.
Habité días feroces porque perdí palabras.
Eran contadas y eran, al fin, las que contaban
El tiempo es implacable.
El que pierde palabras tiene los días contados.

Jorge Boccanera

 

Juan Manuel Roca

 

Diario de la noche

A la hora en que el sueño se desliza
Como un ladrón por senderos de fieltro
Los poetas beben aguas rumorosas
Mientras hablan de la oscuridad,
De la oscura edad que nos circunda.
A la hora en que el tren tizna la luna
Y el ángel del burdel se abandona a su suerte,
La orquesta toca un aire lastimero.
Una yegua del color de los espejos
Se hunde en la noche agitando su cola de cometa.
¿Qué invisible jinete la galopa?

Juan Manuel Roca

VER: