He vuelto a aquel banco del Parque Lezama. Lo mismo que entonces se oye en la noche la sorda sirena de un barco lejano. Mis ojos nublados te buscan en vano.
Después de diez años, he vuelto aquí solo, soñando aquel tiempo, oyendo aquel barco, mis penas vencieron el tiempo y la lluvia el viento y la muerte ya todo llevaron …
¿En qué soledades y hondos dolores en cuales regiones de negros malvones estás, Alejandra, por cuáles caminos, con grave tristeza, oh muerta princesa?
He vuelto a aquel banco del Parque Lezama. Lo mismo que entonces se oye en la noche la sorda sirena de un barco lejano. Mis ojos nublados te buscan en vano.
Ahora tan solo la bruma de otoño. Un viejo que duerme… las hojas caídas… El tiempo y la lluvia, el viento y la muerte Ya todos llevaron, ya nada dejaron …
Ernesto Sabato
Incluido en el LP de Alberto Di Paulo: A gran Orquesta- Los 14 con el Tango
Vos ves la Cruz del Sur y respirás el verano con su olor a duraznos y caminás de noche mi pequeño fantasma silencioso por ese Buenos Aires, por ese siempre mismo Buenos Aires.
Extraño la Cruz del Sur cuando la sed me hace alzar la cabeza para beber tu vino negro, rnedianoche. Y extraño las esquinas con almacenes dormilones donde el perfume de la yerba tiembla en la piel del aire.
Extraño tu voz, tu caminar conmigo por la ciudad. Comprender que eso está siempre allá como un bolsillo donde a cada rato la mano busca una moneda, el peine, llaves, la mano infatigable de una oscura memoria que recuenta sus muertos.
La Cruz del Sur, el mate amargo y las voces de amigos usándose con otros. Me duele un tiempo amargo Ileno de perros y desgracia la agazapada convicción de que volver es vano.
Comprender que un mar es más que un mar, que la muerte se viste de distancia para llegar de a poco, lenta, interminable, como una melodía que se resuelve al fin en humo de silencio. Extraño ese callejón que se perdía en el campo y el cielo con sauces y caballos y algo como un sueño. Y me duelen los nombres de cada cosa que hoy me falta, como me duele estar tan lejos de tu caricias y de tus labios.
Recital de poesía y tango, de la mano de Juan Gelman y Rodolfo Mederos Trío (Rodolfo Mederos, Armando de la Vega, Sergio Rivas), dirigido por Cristina Banegas.
El video muestra una de las presentaciones que se hizo el pasado agosto en el Teatro Nacional Cervantes.
Rara.. como encendida te hallé bebiendo linda y fatal… Bebías y en el fragor del champán, loca, reías por no llorar… Pena Me dio encontrarte pues al mirarte yo vi brillar tus ojos con un eléctrico ardor, tus bellos ojos que tanto adoré…
Esta noche, amiga mía, el alcohol nos ha embriagado… ¡Qué importa que se rían y nos llamen los mareados! Cada cual tiene sus penas y nosotros las tenemos… Esta noche beberemos porque ya no volveremos a vernos más…
Hoy vas a entrar en mi pasado, en el pasado de mi vida… Tres cosas lleva mi alma herida: amor… pesar… dolor… Hoy vas a entrar en mi pasado y hoy nuevas sendas tomaremos… ¡Qué grande ha sido nuestro amor!… Y, sin embargo, ¡ay!, mirá lo que quedó…
“El tango tiene una forma muy especial… y hasta el baile es especial, la forma de mirarse, de tomarse, de verse… y hasta el modo de los silencios, teniendo en cuenta todos esos detalles y la forma en que se crea este ritmo. Fueron los elementos necesarios para que el corazón se fuera llenando de tango y con los años llenando de ‘mariposas el alma’”.
Alberto Bono.
Alberto Bono es un multiartista argentino nacido en Rosario, y es sinónimo de tango.
Su vasta obra tiene dos líneas fundamentales: la música, a través del bandoneón, y las artes visuales, a través de la pintura.
Debutó como bandoneonista a los 14 años, haciendo una presentación en la confitería «El Cifré» de su ciudad natal. Desde ese momento hasta la actualidad el artista viene recorriendo la Argentina y el mundo entero con su música y su obra pictórica.
Aclamado por la crítica, posicionado como uno de los grandes artistas del tango argentino, Alberto Bono ha realizado innumerables giras, compartiendo el escenario con figuras de la música, el teatro y el cine, y en 1998 fue invitado por Mario Corradini para grabar en Italia un CD dedicado a Astor Piazzolla: El Tangonauta.
Fue nombrado por el Honorable Consejo Deliberante artista destacado de la ciudad de Rosario y el mural de la Casa del Tango de dicha ciudad es de su autoría.
Su obra pictórica se encuentra en colecciones privadas de Francia, Inglaterra, Japón, España, Canadá, Estados Unidos, Brasil, Chile, Uruguay y Argentina.
En una entrevista realizada por Nora Lanzieri afirma lo siguiente:
“No sé exactamente dónde está situado el lugar de la inspiración. Lo que sí puedo asegurar es que, al pintar, descargo verdaderos orgasmos; lo mismo me ocurre cuando toco el bandoneón o cuando realizaba otras artes como el teatro. Siempre, desde hace 50 años se me ha metido el arte como por embudo directo hacia el alma, hacia el corazón.”
Vivió 10 años en Europa en relación a su arte y las giras artísticas, y a pesar de la distancia geográfica con su ciudad natal y su familia, el amor a éstos lo acompañó siempre y le llevó a escribir poemas que reflejan ese sentimiento nostálgico y, también, la propia historia del artista: partir a otros puertos con su propio arte, llevarlo por el mundo y dejar en cada lugar lo mejor de sí, de la música rioplatense y de la ciudad que lo proclama como uno de sus artistas más valorados, queridos y respetados.