Entrevista a Elisa Rodríguez Court en «Hoy por hoy el Drago»

Comparto la entrevista que el programa radial «Hoy por hoy el Drago» le ha hecho a la escritora Elisa Rodríguez Court, acerca de su reciente libro «Decir noche» publicado por Eutelequia.

Algunas fotos de las presentaciones en Las Palmas de Gran Canaria, Tenerife y Madrid

Presentación de «Decir noche» de Elisa Rodríguez Court en Tenerife

El 28 de septiembre, a las 20:30 hs., Elisa Rodríguez Court presentará su libro «Decir noche» junto a Juan Manuel García Ramos y Elsa López en el  Ateneo de La Laguna, Tenerife.

Decir noche ha sido publicado por Eutelequia.

Decir noche, de Elisa Rodríguez Court – Eutelequia

Elisa Rodríguez Court. Decir noche. Madrid: Eutelequia, 2012. Foto: Decir noche, en la biblioteca de mi casa. AM

Un jardín de estatuas sin ojos. En este espacio narrativo creado por Elisa Rodríguez Court transita Lord Chandos, personaje ideado por Hofmannstahl.

Junto a él también lo hacen Beatriz -la narradora- y un número considerable de escritores como Dickinson, Kafka, Vila-Matas, Fresán, Pauls, Duras, Flaubert, Magris, Duras, Woolf, Gaul, Macedonio Fernández, Juarroz y muchos otros que profundizan sus reflexiones sobre el acto de escribir, sobre la literatura, mientras Lord Chandos ya no cree en las posibilidades del lenguaje, angustiándole su ambigüedad y la imposibilidad de decir y decirse.

Rebeca García Nieto señala que la autora “ha creado un espacio aleph donde Hofmannstahl, Kafka, Duras o Dickinson reflexionan sobre el acto de escribir”. En su libro Rodríguez Court también ha hecho referencia a ese espacio, citando a Alan Pauls cuando dice “el punto estratégico a partir del cual es posible acceder a un repertorio infinito de mundos posibles. Un espacio aleph”.

Mundos que pueden ser imaginados, contados, vividos por y a través de la literatura.

En el jardín de estatuas sin ojos las horas y las estaciones parecieran transcurrir lenta y apaciblemente, en un estado de permanente infinitud. Encerrado entre las estatuas camina el Lord angustiado y triste. Ha decidido abandonar para siempre la escritura. Lo observa Beatriz mientras Emily Dickinson –también protagonista del libro- lo espía desde su ventana y se conmueve frente al dolor del Lord.

Este jardín tiene un lado intemporal –en el que se encuentra atrapado Lord Chandos en la imposibilidad de decir- y otro temporal en el que confluyen –en diferentes épocas y espacios- una serie de escritores: desde Flaubert, escribiéndole una carta a Colet hasta Alan Pauls, reflexionando sobre Borges. Se pasea en él otro de los protagonistas, Enrique Vila-Matas, cuya voz se une a la de los otros escritores que manifiestan desde su visión, lugar y época los peligros del lenguaje, la ilegibilidad del mundo, cómo decir la verdad a la que sólo tenemos pequeños accesos en forma fragmentada, la necesidad de la literatura.

En el lado temporal del jardín y desde diferentes tiempos se alzan esas voces de los escritores que sintieron y sufrieron en carne propia la angustia de Lord Chandos, los límites del lenguaje, y también las de aquellos quienes reflexionando sobre el acto de escribir y su negación nos hablan de la imposibilidad de la existencia sin la palabra, sin la poesía, sin la literatura.

Beatriz, la narradora, reflexiona:

“Porque Lord Chandos se ve incapaz de distanciarse del mundo de lo real dotándose de alguna perspectiva, porque vive el mundo en su infinita dispersión, se ve tan deslumbrado como afligido en su estado de contemplación continua.

El mundo sigue ahí, latiendo en su esencia brutal y muda, y el Lord queda encerrado, sin escapatoria posible, entre las estatuas sin ojos en el jardín”.

Ante los límites del lenguaje, de contar el mundo y nuestras vivencias ¿cómo decir noche? ¿Qué sería de nosotros si se transitara al borde de los abismos, si se cruzara la noche cerrada, si se navegara la incertidumbre en estado de mudez y contemplación sin la posibilidad y el coraje de decir esa verdad -o esa parte a la que tenemos acceso- que es muda? ¿Cómo soportar la brutalidad de la realidad sin la palabra?

En una de las entrevistas que le hicieron a la autora ella señala que

“Frente a la realidad brutal, carente de lógica y muda; frente al mundo de lo real oscuro como la noche, ¿cómo decirlo? Porque una cosa son las vivencias o la experiencia y otra bien distinta llevarlas a la narrativa. Conocemos el mundo solo tal y como nos lo contamos, del mismo modo que conocemos la luz. Sobre esta escribió Blanchot que ilumina para esconderse. Únicamente recibimos su reflejo. Pero no crea que mi libro es una disertación filosófica. La noche aparece también en los ojos cerrados de personas que buscan la claridad más allá de lo visible o que dejan que ardan en su interior los límites del mundo. La noche es la página en blanco, es un libro abierto, es la punzada de la vida, es la dicha de estar placenteramente ubicado en altamar, es la búsqueda de lo desconocido, es el viaje del escritor cuyo ojo se parece al radar de los barcos que navegan en el mar oscuro…”.

En Decir noche, Elisa Rodríguez Court no sólo plantea la ilegibilidad del mundo sino que también ha realizado un profundo homenaje a la literatura, a la poesía y muy especialmente a quienes la han nutrido y la nutren como lectora. 

El libro presenta, además, las ilustraciones de Miguel Ángel Moreno Gómez. A diferencia de la tapa, las mismas están realizadas en blanco y negro. Un espacio aleph en donde, además de las estatuas, florecen, a modo de ojos, soles y lunas. La luz y la oscuridad. Las diferentes miradas. La página en blanco y la tinta. En la tapa, sobre el fondo negro de la noche cerrada, se ciñe la ilustración en tonos de rojo, blanco y amarillo. Se trata de una ventana que le permitirá al lector observar al Lord, espiarlo como lo hace Dickinson pero desde su propio cristal.

Mientras los escritores y el Lord se pasean por el jardín de estatuas sin ojos en sus espacios temporal e intemporal respectivamente, también lo hará el lector quien podrá ver y escuchar todo lo que allí sucede, se dice y se escribe. Transitar este jardín es una experiencia maravillosa, un encuentro con la literatura, con la palabra y también con el abismo y la noche.

Oír una oropéndola cantar
puede ser una cosa muy común
y también un milagro.

No depende del pájaro,
que canta siempre igual, lo mismo solo
que ante una multitud.

Qué clase de oído
engalana lo que oye
ya de luz, ya de gris.

Así, si es un misterio
o, en cambio, no lo es,
lo es antes dentro.

“El ave está en el árbol”,
me indica algún escéptico.
No, señor: ¡en usted!

Emily Dickinson (citada por la autora)

Decir noche ha sido publicado este año por Editorial Eutelequia. ◘AM.

 

Decir noche, de Elisa Rodríguez Court – Ed. Eutelequia

Decir noche, de Elisa Rodríguez Court
Editorial Eutelequia, 2012

El video incluye:

Música: «Nacht und Träume» de Schubert, por Matthias Goerne (barítono) y Alexandar Schmalcz (piano)

Realización: Alejandra Moglia

VER TAMBIÉN:

Blog de Elisa Rodríguez Court: Trayectos ciegos

Decir noche en Scoop.it

Editorial Eutelequia

Entrevista a Elisa Rodríguez Court – En: La Provincia, Diario de Las Palmas

El pasado lunes Alberto García Saleh -diario La Provincia de Las Palmas– entrevistó a la escritora Elisa Rodríguez Court con motivo de la presentación de su libro «Decir noche» editado por Eutelequia.

Ante la pregunta «por qué el título Decir noche» la autora respondió:

La noche aparece en sus diferentes variantes en mi libro. La idea central gira en torno a la ilegibilidad del mundo y, por consiguiente, a la imposibilidad de traducirlo a través del lenguaje. Frente a la realidad brutal, carente de lógica y muda; frente al mundo de lo real oscuro como la noche, ¿cómo decirlo? Porque una cosa son las vivencias o la experiencia y otra bien distinta llevarlas a la narrativa. Conocemos el mundo solo tal y como nos lo contamos, del mismo modo que conocemos la luz. Sobre esta escribió Blanchot que ilumina para esconderse. Únicamente recibimos su reflejo. Pero no crea que mi libro es una disertación filosófica. La noche aparece también en los ojos cerrados de personas que buscan la claridad más allá de lo visible o que dejan que ardan en su interior los límites del mundo. La noche es la página en blanco, es un libro abierto, es la punzada de la vida, es la dicha de estar placenteramente ubicado en altamar, es la búsqueda de lo desconocido, es el viaje del escritor cuyo ojo se parece al radar de los barcos que navegan en el mar oscuro…

Leer la entrevista completa en La Provincia

Elisa Rodríguez Court presentará su libro mañana miércoles, a las 20 hs., en el Club La Provincia de las Palmas (Canarias, España).  Participarán también el poeta, escritor y profesor Eugenio Padorno, y la poeta, escritora y profesora Berbel.

FUENTE

García Saleh, Alberto. ´Decir noche´ aborda la imposibilidad de traducir el mundo con el lenguaje´. Entrevista a Elisa Rodríguez Court. En: La Provincia Diario de Las Palmas, 25 de junio de 2012.

Presentación de «Decir noche», de Elisa Rodríguez Court

El próximo 27 de junio, a las 20 hs., la escritora Elisa Rodríguez Court presentará su libro Decir noche, publicado por  Eutelequia, en el Club La Provincia (Islas Canarias, España). También participarán el poeta, escritor y profesor Eugenio Padorno,  y la poetisa, escritora y profesora Berbel.

El libro estará disponible en las librerías de España a partir del 11 de junio.

Sinopsis

El escritor Lord Chandos -narrador y protagonista de la Carta de Lord Chandos, de Hugo von Hofmannsthal- ha perdido la confianza en las posibilidades de la lengua y renuncia a la creación literaria. Para él las palabras vuelven la realidad más oscura. Añaden noche a la indescifrable vida.

 ¿Cómo decir noche?, piensa estremecido.

Huérfano entre las palabras, se ve a sí mismo como alguien que estuviese encerrado en un jardín lleno de estatuas sin ojos. Desea huir al espacio abierto, lejos de las rejas del lenguaje que lo aprisionan. 

(Decir noche, de Elisa Rodríguez Court, p. 13)

Los protagonistas de Decir noche son Lord Chandos y la poeta Emily Dickinson. En este libro se desentraña progresivamente la Carta del Lord y sus motivos para el abandono de la escritura. En un viaje narrativo, que parte del silencio de Lord Chandos, bajo la mirada poética de Emily Dickinson, se inmiscuyen otras voces de una amplia gama de escritores y poetas. Reconociendo la ilegibilidad del mundo, ellos, sin embargo, no  abandonan la creación literaria y aportan su modo particular de decir noche. Su presencia se vuelve, además, un motivo narrativo para abordar aspectos claves de la literatura.

Incapaz de nombrar el Lord la esencia singular de las cosas, su mirada vaga pasivamente sobre los objetos más simples e ignorados. Se fascina dolorosamente con sus voces mudas, renunciando a la creación literaria. No es el caso de Flaubert, quien escribe y corrige una y otra vez. 

(Decir noche, de Elisa Rodríguez Court, p. 98)

La narradora, Beatriz, ha ideado un jardín de estatuas sin ojos con diferentes perspectivas temporales desde los que se alzan las voces de los escritores. Queda ahí encerrado Lord Chandos. Emily Dickinson escribe cartas y poemas en su cuarto con vistas al jardín de estatuas sin ojos, separándose del escritorio solo para acodarse en la ventana y espiar al Lord. 

Dice Rebeca García Nieto:

“Decir noche” traspasa las fronteras de los géneros literarios, combinando magistralmente ficción, poesía, ensayo y metaliteratura. Con una acertada mezcla de lirismo y erudición, Elisa Rodríguez Court ha creado un espacio aleph donde Hofmannsthal, Kafka, Duras o Dickinson reflexionan sobre el acto de escribir. Al igual que en la eternidad se concentran todos los tiempos posibles, este borgiano lugar, el jardín de estatuas sin ojos, es un punto en el espacio que contiene todos los mundos habidos y por haber, lo que hace posible el diálogo entre genios de la literatura cuyas vidas transcurrieron en distintas épocas y lugares.

Partiendo del famoso estupor del que fue presa Lord Chandos al darse de bruces contra los límites del lenguaje, “Decir noche” bucea en las vivencias de distintos escritores que en algún momento sufrieron “el desfallecimiento de la palabra”. Hay algo peligroso en el lenguaje, algo que puede arrastrarte irremediablemente a tus propias profundidades si te dejas llevar por él, pero no solo Montanos y Bartlebys confluyen en este jardín… Encerrados tras sus rejas, escritores entregados en cuerpo y alma a la literatura, como Flaubert o Woolf, disfrutan de una libertad infinita: escribiendo son otros, pasean por lugares donde nunca han estado o flotan en alta mar mientras caminan sobre tierra firme.

“Decir noche” es un homenaje a la literatura. Escritores, lectores que se adentran en un libro cuando buscan una puerta de salida y, por supuesto, mirones tienen cabida en este peculiar jardín en que uno entra y no desea volver a salir.

Elisa Rodríguez Court (Canarias, 1959) es licenciada en Filosofía y profesora de alemán. Como docente ha asistido a cursos culturales del Goethe – Institut en Bonn y Berlín. Ha escrito relatos publicados en los volúmenes colectivos Rojo sobre negro (Ed. Anroart), Mujeres de palabra (Ed. Hamalgama) y Doble o nada (Ed. Huerga y Fierro). Es autora de la presentación de Casa de la Cultura de la isleta (Ed. Gobierno de Canarias), libro que reúne una amplia variedad de voces creativas. Ha intervenido como miembro en jurados de certámenes literarios, con proyección local e internacional, convocados por diferentes instituciones canarias, así como con ponencias en actos culturales y congresos. Ha ejercido como columnista y como tertuliana en el programa El Drago de la Cadena Ser y ha participado regularmente con columnas en diversas revistas y en diferentes periódicos de las islas canarias. Escribe en Anika entre Libros en Ciberanika.com. Actualmente colabora, desde hace años, con una columna semanal en el periódico La Provincia-Diario de Las Palmas. En 2003 ganó el accésit y al año siguiente el primer Premio Mejor Labor Informativa de Canarias, otorgado por el Instituto Canario de la Mujer.  Escribe con regularidad en su blog literario Trayectos ciegos, anteriormente denominado Jardín de estatuas sin ojos.

Blog: http://elisarcourt.blogspot.com.es/