“En voz alta”: Homenaje a Carlos Fuentes en la FILIJ – México

Hoy, a las 11 hs. de México, se rendirá un homenaje a Carlos Fuentes en la FILIJ en el marco del Día Nacional del Libro.

En voz alta se desarrollará en la Sala de Lectura de  la FILIJ y constará de un ciclo de lecturas en voz alta en el que participarán autores, mediadores y público en general.

La FILIJ se desarrolla en el Centro Nacional de las Artes de la ciudad de México.

Presentación de La música en un tranvía checo y otros ensayos, de Karla Olvera

El pasado 8 de febrero Andrés de Luna, Jezreel Salazar y Eduardo Uribe presentaron en el Museo de El Estanquillo (México) el libro La música en un tranvía checo y otros ensayos, de Karla Olvera, libro que fue galardonado con el Premio Nacional de Ensayo Joven José Vasconcelos 2011

 

Dice el Conaculta:

“En armonía con su tema, los ensayos aquí reunidos funcionan como un diario íntimo en el cual Karla Olvera registra los viajes, los libros y los motivos que la impulsan a escribir. El eje, sin embargo, son los hallazgos cotidianos de los otros, en este caso los de Franz Kafka, Virginia Woolf y Fernando Pessoa. Así, sumergiéndose en estos hallazgos, la autora reflexiona sobre una variedad de temas que va de los tranvías checos a las camas austriacas, del aburrimiento como síntoma de refinamiento al té, el esnobismo y la economía personal de Pessoa». 

Reseña de Elisa Rodríguez Court

“La música en un tranvía checo: las golondrinas de Karla Olvera”

Imagen: Conaculta

Cuenta Karla Olvera en su libro La música en un tranvía checo, galardonado con el Premio Nacional de Ensayo Joven José Vasconcelos 2011, sobre la niña del Baumgarten, motivo de una de las entradas en el diario de Kafka. Una criatura cándida de cinco años que pregunta en el parque a un adulto que la acompaña: «Quién es el que lo hace con la saliva?» Responde este: «Te refieres a la golondrina.»

Karla Olvera habla de esta niña de la nota de Kafka a la que posiblemente le maravillara la idea de que pájaros tan pequeñitos pudieran construir sus nidos con saliva. Casas bellas y originales y, además, seguras. Añade esta escritora más adelante que el nido de las golondrinas es el modelo perfecto de lo insólito, de lo bello e inverosímil. Y frente a lo insólito la gente no suele saber comportarse, porque pertenece a ese ámbito donde se hace posible, en palabras de Karla Olvera, «la invención, asimilación y creación de objetos y situaciones que violentan la realidad de una manera sublime». Es tal vez de ese sentido de la extrañeza que hace tambalear la seguridades amuralladas de lo que habla, entre otras cuestiones, esta escritora.

Ella no necesita recurrir a realidades trascendentes para mostrar lo familiar en lo más extraño y viceversa. De ahí que los ensayos reunidos en su libro funcionen como un diario íntimo en el que registra pasajes de la realidad que, pese a su aparente inmovilidad, se revela en toda su esencia cambiante. Lo hace a través de sus ojos contemplando los hallazgos cotidianos de los otros, en este caso los de Kafka, Pessoa y Virginia Woolf escritos en sus diarios. De este modo, se podría decir que su libro es un diario íntimo en el que sus ojos miran cómo otros miran. En consecuencia, lo que prevalece es la propia mirada, pues como ella misma sabe, fortis imaginatio generat casum. Así se revelan a lo largo del libro las diferentes variantes de golondrinas que pueblan el imaginario de Karla Olvera, quien crea a través de su escritura una amplia gama de motivos bellos y transparentes como esa impoluta saliva de la que habla para aludir a lo que hace al nido de las golondrinas. Centra, pues, su atención en los hallazgos cotidianos casi inverosímiles que suelen pasar desapercibidos, pero cuya belleza y excéntricas nimiedades se vuelven, una vez que se han recuperado, piedras preciosas que estaban llamadas a ser. No parece, pues, extraño que el primer capítulo de su libro lleve este título, tomado de una cita de Alan Pauls referida a los diarios íntimos.

Dice la autora de La música en un travía checo que decidió abordar estos hallazgos de la misma manera en la que dio con ellos, es decir, vagando. Su libro es un viaje en cuyo itinerario «la imaginación es el único cicerone». Imaginación, la de Karla Olvera, en la que se funden el arte y la vida. Por eso en su libro se entreveran imágenes cinematográficas y fragmentos musicales, así como un amplio repertorio de sublimes referencias literarias. Todo ello se muestra en su escritura tanto bajo el procedimiento de las matrioshkas –sobre las matrioshkas habla también ampliamente en su libro– donde un pasaje de la realidad lleva dentro de sí otra realidad que lleva en su interior otra y así sucesivamente, como en un trayecto zigzagueante, sin meta pero con sentido. Un viaje aleatorio en el que esta viajera nos va descubriendo piedras preciosas que nos invitan a su contemplación instantánea. Sin embargo, pese a su fugacidad, ahí han quedado escritas en La música en un tranvía checo,libro que contiene mentiras hermosas. Como bien dice la misma Karla Olvera, toda ficción «es la más bella y fantasiosa mentira que existe, sólo que los lectores aceptan gustosos que se les mienta. La ficción supone un pacto entre el lector y la literatura que se le presenta, el llamado pacto ficcional.» En este caso, para sumergirse en el universo literario de Karla Olvera, cuya mirada poblada de golondrinas ha convertido mediante la escritura hallazgos de otros en nidos preciosos que estaban llamados a ser.   

Elisa Rodríguez Court

FUENTE DE LA RESEÑA:

La música en un tranvía checo: las golondrinas de Karla Olvera. En: Trayectos ciegos.

VER:

Descubre la cotidianeidad de Kafka, Pessoa y Woolf en nueve ensayos. Conaculta

La música en un tranvía checo y otros ensayos.

Homenaje a Tomás Segovia y Juan Gelman

Foto: Sala de Prensa, Conaculta

Los poetas Tomás Segovia y Juan Gelman participaron del XIII Encuentro de Poetas del Mundo Latino, en el Palacio de Bellas Artes del Conaculta-INBA (México), compartiendo la lectura de sus poemas.

En la mesa moderada por José María Espinasa, Tomás Segovia dio lectura las obras Secreto, Abrazo, Asta bandera, Lealtad, Coloquio, Cálido Final, El último poema y Noche Clandestina, que fueron celebradas por largos aplausos por parte del público.

Juan Gelman se refirió a las cualidades estéticas de la obra de Tomás Segovia como un crisol colmado de imágenes, rutas de profundidades insondables.

Gelman dijo que el poeta es en los tiempos actuales los principales defensores del concepto del amor, cuando la deshumanización parece haber permeado en todos los rincones de la sociedad.

“En este sentido, mi poesía siempre la he dedicado a México, todo mi trabajo encierra una esencia de este país. Creo que mi generación tanto de aquí, como del resto de Latinoamérica, pertenece a una trinchera en la que siempre hubo una defensa del amor como una fuerza vital”.  

El poeta leyó una selección de poemas de sus libros Alubial, Siempre, Todavía, Estatuario, Día tras día, Salir con vida Fiel imagen, en los que refrenda su búsqueda por explicar los elementos más relativos de la condición humana. (Fuente: Conaculta)

El próximo 28 de octubre, Segovia y Gelman recibirán el Premio Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval 2011 en la ciudad de Aguascalientes, premio que otorga el Conaculta, el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Gobierno del Estado de México.

Fuente

Tomás Segovia y Juan Gelman obsequian encuentro poético con diversos matices de su obra. Conaculta.

Finalizó el Simposio Internacional del Libro Electrónico realizado en México

El Simposio Internacional del Libro Electrónico fue organizado por Conaculta a través de la Dirección General de Publicaciones. El mismo se llevó adelante en México entre el 19 y 21 de este mes.

Participaron más de 40 invitados, entre ellos Bob Stein, Kate Wilson , Rhonda Kite, Alberto Manguel, Néstor Garcia Canclini y Consuelo Sáizar. Cada una de las jornadas fue abierta con una ponencia magistral.

Habla Néstor García Canclini: “Los libros siguen siendo buenos para pensar, pero su crisis sirve además para pensar con más apertura y ser escritores y lectores más versátiles.

“En el siglo XX, desde Joyce, Borges y Cortázar, aprendimos que ser lectores puede ser algo más ventilado y más incierto que lo que queda atrapado en las páginas numeradas de cada siglo.

Al comienzo del siglo XXI estamos descubriendo que el mejor lector no es el que recorre el libro de principio al fin, sino el que divaga de un libro al otro, a los debates en la red, extraviándose en Google y YouTube, cultivando y disfrutando destinos insospechados.

Con esas palabras el investigador puso fin al Simposio Internacional del Libro Electrónico que se desarrolló durante esta semana en el Museo Nacional de Antropología.

Después de tres días de ponencias quedó claro que toda discusión sobre el futuro del libro, electrónico o en papel, pasa por lo básico: primero enseñar y aprender a leer, ya después el lector será quien decida qué formato le es más cómodo. Sin lectores no habrá demanda de libros en cualquier formato.

En: La Jornada. (Leer artículo completo aquí)

En la página del Conaculta pueden escucharse las conferencias y las ponencias de las mesas. Para ello hacer clic AQUÍ

Alberto Manguel dio la conferencia magistral El Futuro de los Lectores. Dice Manguel:

Quienes quieren hacernos creer que las nuevas tecnologías representarán la muerte del libro, caen en esas mismas leyendas del pasado, pues este instrumento es algo que está más allá de los soportes. Es necesario, sin embargo, recalcar el adjetivo: lectura profunda, que permite resumir y digerir lo que se está leyendo tanto a nuestro consciente como a nuestras intuiciones.

Para agregar más adelante:

En el libro impreso podemos hacer lenta o rápida la lectura, y en el libro electrónico podemos subir o bajar la pantalla a nuestra propia velocidad, en realidad el acto de leer es una lucha de poder entre el lector y la página por el dominio del texto. 

También dijo:

La tecnología electrónica es eficaz para ciertas formas de correspondencia, pero no para realizar una lectura literaria que requiere su propio tiempo y espacio, además entre la lectura tradicional y electrónica hay una diferencia fisiológica, la primera exige del cerebro diversas pulsiones neuroeléctricas, cuando leemos electrónicamente las neuronas realizan senderos de comunicación distintos que tienen que ver con lo visual.

En el marco de este simposio, el Conaculta y Almadía coeditan el relanzamiento del libro de Alberto Manguel «Una historia de la lectura».

FUENTES

Entre el libro electrónico e impreso, no se puede hablar de una espada sanguinaria y una pluma pacífica: Alberto Manguel. En: Conaculta.

Montaño Garfias, Erika. Terminó el Simposio Internacional del Libro Electrónico en el Museo de Antropología. La Jornada, 24/09/2011

EN: En la Biblio