El paso del general, Francisco Álvarez Velasco

Con su paso un-dos, ahora avanza la muerte
con su paso un-dos, con su paso un-dos,
el paso que le marcan generales solemnes.

Husmean en sus mapas con reglas y compases,
señores de la guerra,
buscadores de vidas, buscadores de sangres.

De par en par los ojos
y en los ojos la niebla,
hay un niño en silencio…

Con sus muchas medallas de lata rutilante,
con su paso un-dos, con su paso un-dos.

… en los ojos del miedo,
otro niño escuchando
el reloj de su hambre.

Imponentes, deciden «hasta aquí la nación».
Luego se condecoran con su paso un-dos,
con su paso un-dos, con su paso un-dos.

Si suena la trompeta
si el tambor os convoca,
si llama el General…

La oquedad de los pechos resuena en las arengas.
Relumbran las medallas de lata rutilante
que ganan con la muerte.

… equivocad el paso,
ese paso un-dos,
ese paso un-dos…

Y la muerte, si llega con su paso, es temprana,
con su paso un-dos, con su paso un-dos.

… equivocad el paso,
ese paso un-dos,
ese paso un-dos…

(c) Francisco Álvarez Velasco

Voces de Francisco Álvarez Velasco y María García Esperón

 

Le pas du général 

En marchant au pas une – deux, voici qu’avance la mort 
au pas cadencé une – deux, au pas cadencé une – deux 
le pas que marquent les généraux solennels. 

Ils fouinent dans leurs cartes avec des règles et des compas, 
seigneurs de la guerre, 
traqueurs de vies, de sang avides. 

… les yeux démesurément ouverts
et dans les yeux la brume, 
un enfant silencieux…

Avec leurs batteries de médailles de fer blanc étincelant 
au pas cadencé une – deux, au pas cadencé une – deux.

… dans les yeux de la peur, 
un autre enfant écoute 
l’horloge de sa faim.

Imposants, ils décident «la nation va jusqu’ici «. 
Ensuite ils se décorent au pas cadencé une – deux, 
au pas cadencé une – deux, au pas cadencé.

Si la trompette sonne 
si le tambour convoque, 
si le Général mande…

Le creux des poitrines vibre dans les harangues. 
Les médailles de fer blanc resplendissent rutilantes 
Ces médailles qu’ils gagnèrent grâce à la mort. 

… prenez le à contre-pied, 
ce pas cadencé une – deux, 
ce pas cadencé…

Car la mort si elle arrive, à son pas, 
à son pas une – deux, à son pas une – deux 
la mort sera en avance.

Empruntez le pas deux – un 
ce pas décalé deux – un, 
ce pas décalé!

(c) Francisco Álvarez Velasco

Traducción: Jean Dif

Voz: Jean Dif

FUENTE

Un encuentro por la paz en la palabra: Paco Álvarez Velasco y Jean Dif. En: Voz y Mirada.

En la noche del bosque, de Francisco Álvarez Velasco


Desmoronadas yacen las palabras comunes
por una blanca página ofrecida al silencio.
Cuando el día se borra, vuelve atrás
la memoria vacía
y camina en renglones ya sin signos.

Bajémonos del monte, que arriba está la bruma,
está la piedra dura, está la hierba amarga,
está la costra vieja de la tierra.
Arriba está la orilla de la nada.
Y salpican los densos goterones del olvido.

Es amarga la cumbre y es estéril.
Sólo para la brisa o algún caballo antiguo
o para la lengua áspera
(esa lengua no humana de la vaca
que va lamiendo el mundo por las cumbres)
se alza el pubis azul de aquellos cardos.

Hermosas amanitas de la muerte brotarán por el bosque.
Estarán marcando ahora
el corro sigiloso de los sábados,
ofreciendo su aliento seminal
y nívea carne virgen
para una última cena que nos abra las puertas.
Sólo quedan los bosques. No queda otro refugio.
Que golpee las puertas su latido terreno
y nos las abra.
Y unidos descendamos la ladera brumosa,
de espaldas a los dioses de la cumbre:
en lo hondo del valle está la luz y la común hoguera
que nos congregue en círculo.

Sobre el oscuro arroyo de la noche
ven a tender tu cuerpo,
un puente que me lleve a la otra orilla.

(C) Francisco Álvarez Velasco, En el nombre del árbol

VIDEO
Voz: Alejandra Moglia
Música: Brian Eno (By this river)
Realización: María García Esperón

En: Las ínsulas extrañas, y Voz y Mirada