“Poesía y voz en Latinoamérica: el legado de Gabriela Mistral, Alfonsina Storni y Juana de Ibarbourou”

Comparto la información publicada por la Universidad Nacional del Litoral:

Comparto la información publicada por la Universidad Nacional del Litoral:

El 23 de octubre se realizará el ciclo de conferencias: «Poesía y voz en Latinoamérica: el legado de Gabriela Mistral, Alfonsina Storni y Juana de Ibarbourou», en el marco de la Cátedra Abierta de Estudios Latinoamericanos «José Martí»

El encuentro estará abierto a la participación de los asistentes y tendrá lugar en la Sala Maggi del Foro Cultural UNL (9 de Julio 2150, segundo piso), el miércoles 23 de octubre, de 18:00 a 20:00.

Cronograma

  • Presentación (a cargo del Mg. en Ciencias Sociales, Ricardo Minetti).
  • «Americanas del Sur: género y escritura en Juana de Ibarbourou, Gabriela Mistral y Alfonsina Storni «, a cargo del Prof. en Letras (FHUC), Guillermo A. Canteros.
  • “Alfonsina Storni: Un nombre en los eclipses”, maestra Norma Segades Manias.
  •  «Juana de Ibarbourou: tradición y vanguardia», Prof. de Castellano y Literatura, Liana Friedrich.
  • “Gabriela: la fuga y el triunfo”, Mg. Ricardo Angel Minetti.

Inscripciones abiertas hasta el 22 de octubre aquí.

Los objetivos centrales de la actividad responden a las necesidades de recuperar críticamente de los legados culturales latinoamericanos , y de consolidar la idea de que el auto reconocimiento cultural es convergente con cualquier tentativa de integración para la región.

Consultas: catedraestudioslatinoamericanos@unl.edu.ar

FUENTE 

Universidad Nacional del Litoral

Una gasa delante de mis ojos, de Elsa López – Ediciones IDEA

Pues bien, yo confieso que nunca perdí la inocencia porque nunca tuve que inventármela a mí misma para sobrevivir en un mundo donde la inocencia más que un error parece una virtud.

Yo era una mujer solitaria y sin inocencia declarada, pero aún así tuve la valentía de afirmar mis amores, mis predilecciones. Yo fui la única mujer en una gran tertulia de escritores, músicos y pintores  hombres. Yo me atreví a ser mujer en un universo de hombres y me atreví a realizarme libremente.

En: Una gasa delante de mis ojos, de Elsa López

Tengo en mis manos el libro Una gasa delante de mis ojos, de la escritora  Elsa López, publicado por Ediciones Idea en su colección Narrativas. Me lo envió desde Canarias otra escritora y fundamentalmente amiga: Elisa Rodríguez Court. A ambas les agradezco infinitamente y les mando todo mi cariño.

Es un libro muy especial para mí porque indaga en la vida y obra de esta poeta tan importante, la poeta gracias a la cual llegué a la poesía allá lejos y hace tiempo en la infancia, cuando todavía no había comenzado la escuela ni sabía leer: Alfonsina Storni. Esa poeta de la cual si bien primero supe de su muerte, inmediatamente junto a su tragedia llegó a mí toda ella y la necesidad de la poesía para vivir. 

Ojalá algún día Elsa López viaje a Mar del Plata, entonces yo también lo haría para encontrarnos en ese lugar y frente a ese océano que nos une.  Elsa sabrá entender aquello que sentí desde que conocí a Alfonsina, que mi Mar del Plata, aquella de la infancia, nunca fue la misma que para el resto de los turistas, que todo estaba bajo el velo de Alfonsina, impregnado de ella: el mar cantaba su voz al igual que las playas, los acantilados, el viento, la luna, los pájaros marinos, aún siendo yo tan pequeña que no la había leído pero sí escuchado y cobijado. Toda Mar del Plata estaba transformada por Alfonsina, sin leerla ya había comprendido su angustia, su dolor, su necesidad de ser libre.

Una gasa delante de mis ojos es una novela en la que la protagonista del libro, Alfonsina Storni, oficia de narradora. Ella le escribe una extensa carta a su gran amor. A medida que va desarrollando la carta ahonda en la historia de su vida y su obra, su infancia, su familia, sus temores, sus luchas, su concepción del amor, de la mujer, de la sexualidad, su sufrimiento, sus desilusiones.

La carta la inicia la noche antes de darle fin a su vida. Su decisión estaba tomada. Es así como en esa carta de despedida, poco a poco y con una gran cantidad de detalles, redacta sus memorias y explica por qué ha tomado esa decisión tan trágica.

Al leer el libro uno va introduciéndose en su vida y fundamentalmente en su alma, su sentir, sus convicciones, su pensamiento y acciones revolucionarios:

Yo quería ese hijo, mil veces volvería a explicarlo, y no creo que sea tan difícil de comprender, pero no quería ser mujer hasta ese punto ¡Qué fácil es para ellos decir quiero ser padre o no quiero serlo…! Palabras, ideas… Para nosotros es algo más: entregas tu propio cuerpo, das tu carne, tus venas, tu sangre y parte de tus huesos. Dejas de ser tú para ser parte de otro cuerpo que luego se desgajará de ti. Y si no quieres dejar crecer dentro de ti lo que eres y no eres, debes arrancarlo por la fuerza, arrancando carne y sangre, no solo palabras. Y eso duele física y moralmente. Y eso determina brutalmente a media humanidad que lleva encima un sexo diferente a la otra media.

En otra parte del libro señala:

Entendí que la libertad que tanto me obsesionaba no tenía ningún sentido si no se adquiría dentro de un contexto social y político. La mujer no sería libre nunca si no conseguía legalmente los derechos que la igualaran con aquellos que habían construido las leyes para dominarlas no solamente a ellas sino a todos los que como ellas fueran considerados más débiles o más indefensos que los promulgadores de la ley. Por esas razones la lucha femenina debía plantearse como un problema social y político referido a un determinado sector de la sociedad llamado mujeres.

Alfonsina nos habla a través de Elsa López al igual que el mar nos cuenta de su misterio.

Del Parque Chacabuco me quedan trazos más fuertes: ni rastro de paredes, ni himnos, ni la posibilidad de volcar en ellos la dulzura de mi alma; solo las terribles miradas de la miseria clavadas en mí. Yo creía que ignoraban el mal, la enfermedad, el dolor, pues sus impasibles gestos ante las explicaciones que yo les daba me hacían creerlo así, hasta que una mañana, después de haberles explicado durante casi hora y media los riesgos de la tuberculosis, cómo se contagiaba y lo fácil que podía ser el contagio entre ellos por la frecuencia con que todos chupaban mate de la misma bombilla y la saliva les servía de transmisor, una niña de apenas ocho años levantó su manita sobre la cabeza de los demás compañeros y muy tranquila dijo:

«Mi mamá se murió de eso».

(..) La niña no parpadeaba y yo me sentí arrinconada, noqueada contra las cuerdas de un ring que durante meses había confundido con una casita de muñecas.

¡Ay, dulces niños, crueles niños, niños de Parque Chacabuco que me llenasteis el corazón de rabia y amargura contra una sociedad mezquina y cegata que permitía unos ocho años tan «instruidos» y tan ultrajados!

Elsa López investigó durante 10 años archivos, documentos, fotos, testimonios sobre Alfonsina Storni y también mantuvo correspondencia con su hijo Alejandro dando lugar a este libro que es un homenaje a la poeta, un libro conmovedor, bellamente escrito, en el cual el lector va entrando en el alma de Alfonsina hasta fundirse en ella y, muy probablemente, al igual que yo, sin poder contener las lágrimas. ◘AM

Elsa López en:

No he dicho, de María Marta Guitart

Soy suave y triste si idolatro, puedo
bajar el cielo hasta mi mano cuando
el alma de otro al alma mía enredo.
Plumón alguno no hallarás más blando.

Alfonsina Storni, fragmento de “Soy”

Ayer fui a ver la obra No he dicho, de María Marta Guitart. Ante todo va mi agradecimiento a ella, a Nicolás Maffongelli, su productor y a Teatro en Camino.

Se trata de una obra sobre poemas de Alfonsina Storni, poemas cuya selección ha sido realizada por María Marta quien es la protagonista, directora y dramaturga de este unipersonal fuera de lo común que combina la actuación e interpretación de los poemas, música en vivo con el acompañamiento del piano de Carolina Ison y proyecciones de dibujos de Sol Storni.

Al entrar en la sala el espectador se encuentra con Alfonsina de espaldas al público, con su tapado y sombrerito característicos, despojada y sola, y un cuarto, aquel último cuarto de hotel  en Mar del Plata que fue testigo de sus últimas horas, a la vez que la voz de Isabel Parra cantando su versión musicalizada del poema Soy envuelve la atmósfera.

En ese momento mi corazón comenzó a latir como si se saliera del pecho y partiera junto a Alfonsina. Es que en ese instante de fuerte expectación en donde el silencio del público es tan potente que se oye, ya se sabe que Alfonsina volverá a arrojarnos a un territorio de incertezas que sólo puede transitarse con el coraje de su palabra poética renacida en María Marta Guitart.

A ese cuarto llega Alfonsina, en ese cuarto la actriz recorre su vida y su obra a través de los distintos poemas que abarcan todos los períodos.  Allí está la mujer, la poeta, toda ella con su ternura, su soledad, su mirada inteligente y profunda, sus amores y desamores, sus ausencias, su dolor, su fuerza arrolladora, sus convicciones.

Guitart inicia la obra interpretando los primeros poemas de Alfonsina, poemas que tienen su origen en su vida en el campo. Es por ello que el piso de ese cuarto está lleno de hojas secas, de rosas, de bosque.  Un otoño de nostalgia y melancolía, de una infancia dejada atrás. Hay allí un territorio iniciático por el que Alfonsina transita y del que parte hacia otro también iniciático: el mar.

La selección poética y la reencarnación maravillosa que la actriz hace de Alfonsina nos abraza a su dolor y coraje y no nos deja indiferentes ante su visión de la vida, del mundo, de la sociedad de su época, de su concepción del hombre y la mujer, ante su compromiso social, con la infancia y sus ideales. Nos exige una definición, nos interpela sobre el lugar que ocupamos y nuestras acciones, aquí no hay medias tintas, está golpeándonos fuertemente el alma, sacando a la luz la hipocresía social que muta de época en época, entregándonos como ofrenda la actualidad de sus palabras.

Alfonsina fue madre soltera en una época en que dicha situación y decisión eran consideradas  un pecado atroz, pero no sólo eso, defendió el amor libre en sus acciones de vida y en sus poemas. Reivindicó a la mujer tanto a costa del rechazo de los hombres de su tiempo como el de las mujeres. Fue una poeta exitosa que se codeó con los círculos literarios más importantes sin ceder ninguna de sus convicciones. Por el contrario, en cada ámbito las defendió. Fue además  maestra y también dedicó su vida a la infancia y su cuidado.

Alfonsina rompió con los prejuicios de toda una época y su obra se torna indispensable, tan necesaria como esta obra que desde el teatro nos confronta una vez más con una problemática compleja y profunda. ¿En qué mundo queremos vivir? ¿Qué mundo queremos para nuestros hijos, para cada uno de los chicos que lo habitan? ¿Qué concepción del hombre y la mujer impera en estos tiempos? ¿Qué sucede dentro nuestro? ¿Por qué caminos accedemos a lo más profundo de nuestra alma? Para acercarnos a las posibles respuestas  y formular otras preguntas se requiere terminar con cualquier tipo de prejuicio que se esconda en nuestro ser individual y social.

La selección poética realizada por María Marta es tan precisa que permite ahondar en toda la complejidad de la obra de Alfonsina y su interpretación es tan conmovedora y están tan involucradas poeta y actriz que ambas son una única voz en cuerpo y alma. Se suma a ésto la puesta en escena, la iluminación, la música, las imágenes que nos envuelven en una atmósfera única. Es así como en un estado de permanente emoción y conmoción llegamos al último poema que escribió Alfonsina y que envió al diario La Nación antes de su muerte: Voy a dormir, y  de ahí a uno de los momentos más fuertes de la obra en donde no hay forma de calmar el corazón que estalla: la proyección del mar y María Marta/Alfonsina recitando el maravilloso poema que resume todo su sentir: Frente al marAllí está Alfonsina, despojada de todo y con todo su ser dolorido pero también con todo su coraje que entiendo vital aún y a pesar de la trágica decisión porque Alfonsina lleva dentro suyo una fuerza vital única, propia y reveladora.

Es de destacar que la obra aborda la vida y obra de Alfonsina sin recaer en el tema reiterado de su suicidio. El mar aparece recién al final cuando llegamos a ese otro territorio iniciático en el cual la poeta pareciera dejarnos solos, pero no es así. Dice Alfonsina, en la interpretación incomparable de la actriz:

Oh mar, enorme mar, corazón fiero
de ritmo desigual, corazón malo,
yo soy más blanda que ese pobre palo
que se pudre en tus ondas prisionero.

Oh mar, dame tu cólera tremenda,
yo me pasé la vida perdonando,
porque entendía, mar, yo me fui dando:
«Piedad, piedad para el que más ofenda».

Vulgaridad, vulgaridad me acosa.
Ah, me han comprado la ciudad y el hombre.
Hazme tener tu cólera sin nombre:
Ya me fatiga esta misión de rosa.

¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena,
me falta el aire y donde falta quedo,
quisiera no entender, pero no puedo:
es la vulgaridad que me envenena.

Me empobrecí porque entender abruma,
me empobrecí porque entender sofoca,
¡Bendecida la fuerza de la roca!
Yo tengo el corazón como la espuma.

Mar, yo soñaba ser como tú eres,
allá en las tardes que la vida mía
bajo las horas cálidas se abría…
Ah, yo soñaba ser como tú eres.

Mírame aquí, pequeña, miserable,
todo dolor me vence, todo sueño;
mar, dame, dame el inefable empeño
de tornarme soberbia, inalcanzable.

Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza,
¡Aire de mar!… ¡Oh tempestad, oh enojo!
Desdichada de mí, soy un abrojo,
y muero, mar, sucumbo en mi pobreza.

Y el alma mía es como el mar, es eso,
Ah, la ciudad la pudre y equivoca
pequeña vida que dolor provoca,
¡Que pueda libertarme de su peso!

Vuele mi empeño, mi esperanza vuele…
La vida mía debió ser horrible,
debió ser una arteria incontenible
y apenas es cicatriz que siempre duele.

Su poesía y el teatro de la mano de María Marta Guitart nos llevan transitar esos territorios iniciáticos bosque-mar-alfonsina que nos permitirán despojarnos de todo lo irrelevante para conmovernos en toda su hondura. Su palabra duele, marca, deja huella para transitarla y encender con su fuego y rebeldía nuestras vidas.

Dice  la actriz, quien es además poeta:

Una mujer que estalla,
una mujer que florece en la palabra,
una mujer que juega a ser una niña,
una mujer que trabaja y hace sangrar la tierra con sus manos,
una mujer que da batalla a la desigualdad,
una mujer que es madre contra todo lo que se le opone,
una mujer que alza la voz y sueña con una tierra donde el pan sea para todos,
una mujer con la fiereza de la loba y la bravura del mar…

Esa es Alfonsina Storni, una mujer que es tantas mujeres…
Que es todas las mujeres.
Que soy yo misma al adentrarme en sus versos, que son una puerta para transitar los bellos y complejos caminos del alma…

Es María Marta la actriz, la poeta, la mujer. Es ella  Alfonsina adentrándonos en sus versos, es ella quien permite abrir las puertas de nuestra alma a la infinitud de la poesía.

Alejandra Moglia

Ficha técnico artística

Sobre textos de: Alfonsina Storni
Dramaturgia: María Marta Guitart
Actúan: María Marta Guitart
Músicos: Carolina Ison
Diseño de luces: Diego Todorovich
Edición De Imagenes: Diego Enriquez
Dibujos: Sol Storni
Diseño gráfico: Cecilia Carballo
Prensa: Marisol Cambre
Producción ejecutiva: Nicolás Maffongelli
Diseño de movimientos: Nara Carreira
Dirección: María Marta Guitart

Web: http://www.nohedicho.blogspot.com

TEATRO PAN Y ARTE
Boedo 876 (mapa)
Capital Federal – Buenos Aires – Argentina
Reservas: 49576922
Web: http://www.panyarte.com.ar
Entrada: $ 50,00 – Domingo – 19:00 hs – Hasta el 16/12/2012

Tu me quieres blanca, de Alfonsina Storni. Realización de Canal Encuentro

Tú me quieres alba,
me quieres de espumas,
me quieres de nácar.
Que sea azucena
sobre todas, casta.
De perfume tenue.
corola cerrada

Ni un rayo de luna
filtrado me haya.
Ni una margarita
se diga mi hermana;
tú me quieres blanca,
tú me quieres nívea,
tú me quieres casta.

Tú que hubiste todas
las copas a mano,
de frutos y mieles
los labios morados.
Tú, que en el banquete
cubierto de pámpanos
dejaste las carnes
festejando a Baco.
Tú, que en los jardines
negros del Engaño
vestido de rojo
corriste al Estrago.

Tú, que el esqueleto
conservas intacto
no sé todavía
por cuáles milagros,
me pretendes blanca
(Dios te lo perdone)
me pretendes casta
(Dios te lo perdone)
me pretendes alba.

Huye hacia los bosques,
vete a la montaña;
límpiate la boca;
vive en las cabañas;
toca con las manos
la tierra mojada;
alimenta el cuerpo
con raíz amarga;
bebe de las rocas;
duerme sobre escarcha;
renueva tejidos
con salitre y agua;
habla con los pájaros
y levántate al alba.
Y cuando las carnes
te sean tornadas,
y cuando hayas puesto
en ellas el alma
que por las alcobas
se quedó enredada,
entonces, buen hombre,
preténdeme blanca,
preténdeme nívea,
preténdeme casta.

Alfonsina Storni

De: El dulce daño, 1918

Sobre la idea de este poema, Alfonsina escribió la obra teatral El amo del mundo que se estrenó el 10 de marzo de 1927 en el Teatro Cervantes a cargo de la companía de Alejandro Flores y Fanny Bena.

En la antología poética publicada por el Centro Editor de América Latina se señala que

la obra despertó bastante expectativa en el ambiente intelectual y la premier contó con la presencia del presidente Alvear.

Permaneció poco tiempo en cartel y fue resistida por el sector recalcitrante de la crítica.

El amo del mundo estuvo en cartel sólo tres días y fue levantada. La temática feminista de la obra no fue comprendida y generó críticas durísimas.

En 2008, al cumplirse los 70 años de la muerte de Alfonsina, el dramaturgo Alberto Wainer presentó La obra desaparecida en el Teatro Nacional Cervantes, basada en El amo del mundo, de Alfonsina Storni.

Dice Wainer:

Partiendo del AMO DEL MUNDO de ALFONSINA STORNI, obra estrenada en 1927 en el Teatro Nacional Cervantes, y bajada de cartel a los pocos dias, por la incomprension de la critica y del medio intelectual de la época que no vió con buenos ojos que una poeta popular y defensora de los derechos de la mujer acceda a los escenarios, presentamos un encuentro en teatro semimontado con una obra desaparecida, olvidada de una dramaturga que no la dejaron ser, a 70 años de su muerte. (Ver: Expectativa Teatral)

Esta obra fue dirigida por Rubén Ballester y los actores fueron: Victoria Almeida, Leonor Manso, Rubén Stella y Sergio Surraco.

FUENTES

Alfonsina Storni. Cronología 1927 – 1938. En: Centro Virtual Cervantes.

Storni, Alfonsina. Antología poética. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1980.

EN:

Voy a dormir. A 73 años de la muerte de Alfonsina Storni

Hoy se cumplen 73 años de la muerte de Alfonsina Storni, cuando en la madrugada del 25 de octubre de 1938 se arrojó al mar, desde un sector de La Perla, en la costa de la ciudad de Mar del Plata.

Luego la leyenda en torno a su muerte y al misterio de la poeta dirá que entró caminando al mar muy lentamente.

En el prólogo de la Antología Poética publicada en 1980 por el Centro Editor de América Latina, Alejandro Fontenla cita a Gabriela Mistral quien -en un fragmento de su artículo publicado en el Mercurio de Chile, en 1926- dice de Alfonsina:

«(…) Profunda cuando quiere, sin trascendentalismos; profunda porque ha sufrido y lleva como pocas la cavadura de la vida. Alegre, sin esa alegría de tapiz coloreado de las gentes excesivas; con una alegría elegante, hecha de juego. Muy atenta a quien está a su lado, con una atención hecha de pura inteligencia, pero que es una forma de afecto. Informada como pocas criaturas de la vida, dando el comentario oportuno de las cosas más diversas, mujer de gran ciudad que ha pasado tocándolo todo e incorporándoselo. Alfonsina es de los que conocen por la mente tanto como por la sensibilidad, cosa muy latina. Sencilla, y hay que repetir que con una sencillez también elegante, pues andan ahora muchas sencilleces desgarbadas que empalagan tanto como el preciosismo, su enemigo. Una ausencia igual de ingenuidad y pedantería. Una seguridad de sí misma que en ningún momento se vuelve alarde».

Cinco días antes de su muerte, Alfonsina escribió Voy a dormir. El poema fue publicado por el diario La Nación el día de su muerte, junto a su necrología. Tal como se hace referencia en la antología del CEAL, se lo considera unánimemente uno de los más bellos y estremecedores testamentos poéticos:

Dientes de flores, cofia de rocío,
manos de hierbas, tú, nodriza fina,
tenme prestas las sábanas terrosas
y el edredón de musgos escardados.

Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame.
Ponme una lámpara a la cabecera;
una constelación; la que te guste;
todas son buenas; bájala un poquito.

Déjame sola: oyes romper los brotes…
te acuna un pie celeste desde arriba
y un pájaro te traza unos compases

para que olvides… Gracias. Ah, un encargo:
si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido…

Alfonsina Storni

En la voz de Omar Cerasuolo

FUENTE

Storni, Alfonsina. Antología poética. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1980

«La mirada», de Alfonsina Storni, por Marikena Monti

Mañana, bajo el peso de los años,
Las buenas gentes me verán pasar,
Mas bajo el paño oscuro y la piel mate
Algo del muerto fuego asomará.

Y oiré decir: ¿quién es esa que ahora
Pasa? Y alguna voz contestará:
-Allá en sus buenos tiempos
Hacía versos. Hace mucho ya.

Y yo tendré mi cabellera blanca,
Los ojos limpios, y en mi boca habrá
Una gran placidez y mi sonrisa
Oyendo aquello no se apagará.

Seguiré mi camino lentamente,
Mi mirada a los ojos mirará,
Irá muy hondo la mirada mía,
Y alguien, en el montón, comprenderá.

Alfonsina Storni

 

Storni, Alfonsina. Languidez. Buenos Aires:  Cooperativa Editorial Limitada Buenos Aires, 1920

La musicalización del poema es de Luis María Serra, la voz de Marikena Monti.

Del álbum «Alfonsina hoy«, 1982

EN: Soy una y soy mil

Una gasa delante de mis ojos, de Elsa López

Mañana se presenta en La Librería de Mujeres de Canarias (España) el nuevo libro de la escritora Elsa López: Una gasa delante de mis ojos que indaga y profundiza en la vida y la obra de  Alfonsina Storni. El libro ha sido editado por IDEA, bajo la colección Narrativas.

Una gasa delante de mis ojos propone una nueva visión de la figura, vida y obra de Alfonsina Storni.
La obra especula especialmente en el desasosiego, la angustia y el dolor que impulsaron a la escritora argentina al suicidio, cuando constató en su propio cuerpo que ya no había esperanzas para terminar con el avanzado cáncer que le habían diagnosticado.
La estructura de la obra es sencilla: no hay capítulos divisorios, sino saltos de página, cuando cambia la escena, el tiempo o el curso del relato. La narradora protagonista, la propia Alfonsina, evoca en primera persona sus recuerdos dirigiéndose -casi siempre- a un amado ausente, el padre de su único hijo, Alejandro.
Escondida bajo la piel de Alfonsina, Elsa redacta las memorias que la autora de La inquietud del rosal nunca escribió: recupera documentos, ordena fotos y papeles…

Nota de Prensa de la editorial, leerla en forma completa aquí.

Fuente: Ediciones IDEA

En: Soy una y soy mil

Ojo, Alfonsina Storni

Reposa.
El crepúsculo
muere más
allí, donde, pájaro quieto,
aguarda.

Mares tristes,
apretados,
mueven
en él
sus olas.

Los paisajes
del día
lo navegan
lentos.

Tímidas,
las primeras estrellas
lloran
su luz insabora
en la pupila fija.

En el fondo oscuro
largas hileras humanas
se le desplazan
incesantemente;

Parten
en distintas
direcciones;
retroceden;
retroceden;
tocan
los primeros
hombres;

Gimen porque nace el sol.
Gimen porque muere el sol…

Todo está allí,
apretado en la cuenca,
donde,
pájaro quieto,
aguarda.

Alfonsina Storni

De: Mundo de siete pozos, 1934

Storni, Alfonsina. Antología poética. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, 1980

Federico García Lorca

Y la muerte no tendrá dominio

 

Por: Alejandra Moglia

 

 «(…) Y aunque ellos estén locos y totalmente muertos
sus cabezas martillearán en las margaritas;
irrumpirán al sol hasta que el sol sucumba,
y la muerte no tendrá dominio».

Dylan Thomas

 

Agosto de 1936, asesinaron a Federico. Se cree que fue en la madrugada del día 18. Un grupo de hombres –como tantos- fusilaron al poeta, dejando su cadáver desaparecido y una España ensangrentada. Pero el poeta vive y los asesinos también. Es la historia repetida, la historia de siempre. Los mismos de siempre que cambian la máscara pero mantienen el mismo odio, la misma estupidez, el mismo desprecio por la vida y matan y vuelven a matar. No saben que matan a uno, y diez se levantan. Matan a diez y mil se sublevan. Matan a mil y seremos millones. Millones de voces que ni la muerte ni el miedo podrán silenciar.

 

 

Un homenaje a Federico García Lorca en la palabra de los poetas

 

 Oda a Federico García Lorca

Pablo Neruda

SI pudiera llorar de miedo en una casa sola,
si pudiera sacarme los ojos y comérmelos,
lo haría por tu voz de naranjo enlutado
y por tu poesía que sale dando gritos.

Porque por ti pintan de azul los hospitales
y crecen las escuelas y los barrios marítimos,
y se pueblan de plumas los ángeles heridos,
y se cubren de escamas los pescados nupciales,
y van volando al cielo los erizos:
por ti las sastrerías con sus negras membranas
se llenan de cucharas y de sangre
y tragan cintas rotas, y se matan a besos,
y se visten de blanco.

Cuando vuelas vestido de durazno,
cuando ríes con risa de arroz huracanado,
cuando para cantar sacudes las arterias y los dientes,
la garganta y los dedos,
me moriría por lo dulce que eres,
me moriría por los lagos rojos
en donde en medio del otoño vives
con un corcel caído y un dios ensangrentado,
me moriría por los cementerios
que como cenicientos ríos pasan
con agua y tumbas,
de noche, entre campanas ahogadas:
ríos espesos como dormitorios
de soldados enfermos, que de súbito crecen
hacia la muerte en ríos con números de mármol
y coronas podridas, y aceites funerales:
me moriría por verte de noche
mirar pasar las cruces anegadas,
de pie llorando,
porque ante el río de la muerte lloras
abandonadamente, heridamente,
lloras llorando, con los ojos llenos
de lágrimas, de lágrimas, de lágrimas.

Si pudiera de noche, perdidamente solo,
acumular olvido y sombra y humo
sobre ferrocarriles y vapores,
con un embudo negro,
mordiendo las cenizas,
lo haría por el árbol en que creces,
por los nidos de aguas doradas que reúnes,
y por la enredadera que te cubre los huesos
comunicándote el secreto de la noche.

Ciudades con olor a cebolla mojada
esperan que tú pases cantando roncamente,
y silenciosos barcos de esperma te persiguen,
y golondrinas verdes hacen nido en tu pelo,
y además caracoles y semanas,
mástiles enrollados y cerezas
definitivamente circulan cuando asoman
tu pálida cabeza de quince ojos
y tu boca de sangre sumergida.

Si pudiera llenar de hollín las alcaldías
y, sollozando, derribar relojes,
sería para ver cuándo a tu casa
llega el verano con los labios rotos,
llegan muchas personas de traje agonizante,
llegan regiones de triste esplendor,
llegan arados muertos y amapolas,
llegan enterradores y jinetes,
llegan planetas y mapas con sangre,
llegan buzos cubiertos de ceniza,
llegan enmascarados arrastrando doncellas
atravesadas por grandes cuchillos,
llegan raíces, venas, hospitales,
manantiales, hormigas,
llega la noche con la cama en donde
muere entre las arañas un húsar solitario,
llega una rosa de odio y alfileres,
llega una embarcación amarillenta,
llega un día de viento con un niño,
llego yo con Oliverio, Norah
Vicente Aleixandre, Delia,
Maruca, Malva Marina, María Luisa y Larco,
la Rubia, Rafael Ugarte,
Cotapos, Rafael Alberti,
Carlos, Bebé, Manolo Altolaguirre,
Molinari,
Rosales, Concha Méndez,
y otros que se me olvidan.
Ven a que te corone, joven de la salud
y de la mariposa, joven puro
como un negro relámpago perpetuamente libre,
y conversando entre nosotros,
ahora, cuando no queda nadie entre las rocas,
hablemos sencillamente como eres tú y soy yo:
para qué sirven los versos si no es para el rocío?

Para qué sirven los versos si no es para esa noche
en que un puñal amargo nos averigua, para ese día,
para ese crepúsculo, para ese rincón roto
donde el golpeado corazón del hombre se dispone a morir?

Sobre todo de noche,
de noche hay muchas estrellas,
todas dentro de un río
como una cinta junto a las ventanas
de las casas llenas de pobres gentes.

Alguien se les ha muerto, tal vez
han perdido sus colocaciones en las oficinas,
en los hospitales, en los ascensores,
en las minas,
sufren los seres tercamente heridos
y hay propósito y llanto en todas partes:
mientras las estrellas corren dentro de un río interminable
hay mucho llanto en las ventanas,
los umbrales están gastados por el llanto,
las alcobas están mojadas por el llanto
que llega en forma de ola a morder las alfombras.

Federico,
tú ves el mundo, las calles,
el vinagre,
las despedidas en las estaciones
cuando el humo levanta sus ruedas decisivas
hacia donde no hay nada sino algunas
separaciones, piedras, vías férreas.

Hay tantas gentes haciendo preguntas
por todas partes.
Hay el ciego sangriento, y el iracundo, y el
desanimado,
y el miserable, el árbol de las uñas,
el bandolero con la envidia a cuestas.

Así es la vida, Federico, aquí tienes
las cosas que te puede ofrecer mi amistad
de melancólico varón varonil.
Ya sabes por ti mismo muchas cosas.
Y otras irás sabiendo lentamente.

 

 

 

El crimen fue en Granada: a Federico García Lorca

Antonio Machado

          1. El crimen 

Se le vio, caminando entre fusiles,
por una calle larga,
salir al campo frío,
aún con estrellas de la madrugada.
Mataron a Federico
cuando la luz asomaba.
El pelotón de verdugos
no osó mirarle la cara.
Todos cerraron los ojos;
rezaron: ¡ni Dios te salva!
Muerto cayó Federico
—sangre en la frente y plomo en las entrañas—
… Que fue en Granada el crimen
sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.

           2. El poeta y la muerte

 Se le vio caminar solo con Ella,
sin miedo a su guadaña.
—Ya el sol en torre y torre, los martillos
en yunque— yunque y yunque de las fraguas.
Hablaba Federico,
requebrando a la muerte. Ella escuchaba.
«Porque ayer en mi verso, compañera,
sonaba el golpe de tus secas palmas,
y diste el hielo a mi cantar, y el filo
a mi tragedia de tu hoz de plata,
te cantaré la carne que no tienes,
los ojos que te faltan,
tus cabellos que el viento sacudía,
los rojos labios donde te besaban…
Hoy como ayer, gitana, muerte mía,
qué bien contigo a solas,
por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»

           3.

 Se le vio caminar…
Labrad, amigos,
de piedra y sueño en el Alhambra,
un túmulo al poeta,
sobre una fuente donde llore el agua,
y eternamente diga:
el crimen fue en Granada, ¡en su Granada!

 

Poema a Federico García Lorca

Rafael Alberti

Sal tú, bebiendo campos y ciudades,
en largo ciervo de agua convertido,
hacia el mar de las albas claridades,
del martín-pescador mecido nido;

que yo saldré a esperarte, amortecido,
hecho junco, a las altas soledades,
herido por el aire y requerido
por tu voz, sola entre las tempestades.

Deja que escriba, débil junco frío,
mi nombre en esas aguas corredoras,
que el viento llama, solitario, río.

Disuelto ya en tu nieve el nombre mío,
vuélvete a tus montañas trepadoras,
ciervo de espuma, rey del monterío.

 

Retrato de García Lorca

Alfonsina Storni

Buscando raíces de alas
la frente
se le desplaza
a derecha
e izquierda.

Y sobre el remolino
de la cara
se le fija,
telón del más allá,
comba y ancha.

Una alimaña
le grita en la nariz
que intenta aplastársele
enfurecida…

Irrumpe un griego
por sus ojos distantes.

Un griego
que sofocan de enredaderas
las colinas andaluzas
de sus pómulos
y el valle trémulo
de su boca.

Salta su garganta
hacia afuera
pidiendo
la navaja lunada
de aguas filosas.

Cortádsela.
De norte a sud.
De este a oeste.

Dejad volar la cabeza,
la cabeza sola,
herida de ondas marinas
negras…

Y de caracolas de sátiro
que le caen
como campánulas
en la cara
de máscara antigua.

Apagadle
la voz de madera,
cavernosa,
arrebujada
en las catacumbas nasales.

Libradlo de ella,
y de sus brazos dulces,
y de su cuerpo terroso.

Forzadle sólo,
antes de lanzarlo
al espacio,
el arco de las cejas
hasta hacerlos puentes
del Atlántico,
del Pacífico…

Por donde los ojos,
navíos extraviados,
circulen
sin puertos
ni orillas…


Fuentes

Alberti, Rafael. Poema a Federico García Lorca. Disponible en: http://www.poemasde.net/a-federico-garcia-lorca-rafael-alberti/

Fundación Federico García Lorca. Disponible en: http://www.garcia-lorca.org/Home/Idioma.aspx

Machado, Antonio. El crimen fue en Granada : a Federico García Lorca. Disponible en: http://www.poesi.as/amach332.htm

Neruda, Pablo. Oda a Federico García Lorca. Disponible en: http://www.poemas-del-alma.com/pablo-neruda-oda-a-federico-garcia-lorca.htm

Storni, Alfonsina. Retrato de García Lorca. Disponible en: http://www.poemas-del-alma.com/retrato-de-garcia-lorca.htm