Janis

19 de enero de 1943 - 4 de octubre de 1970

Para Janis Joplin

 A cantar dulce y a morirse luego.
No:
a ladrar.

Así como duerme la gitana de Rousseau,
así cantás,
más las lecciones de terror.

Hay que llorar hasta romperse
para crear o decir una pequeña canción,
gritar tanto para cubrir los agujeros de la ausencia
eso hiciste vos, eso yo
me pregunto si eso no aumentó el error.

Hiciste bien en morir, por eso te hablo,
por eso me confío a una niña monstruo.

Alejandra Pizarnik, 1972 (fragmento)

En: Textos de sombra

«(…) Ella tenía un compromiso inconmovible con su propia verdad, sin importar cuán destructiva, extraña o mala fuera. No parecía importarle nada más. Era absolutamente personal en su forma de vestirse, de cantar o de vivir. Amaba el whisky y no se avergonzaba de eso. Fue una mujer completa y única. Ningún estilista, ningún publicista, ningún asesor de imagen. Ella era simplemente Janis».

La belleza y el poder de Janis Joplin como cantante consiste en esa ausencia total del miedo. No se guardó nada. Cada vez que habló llegó al límite. Cantaba con todo su cuerpo y su alma. También podía destruirte cuando estaba vulnerable, como en «Me and Bobby McGee», donde se podía ver a la nenita que llevaba escondida dentro. Pero después de todo esto, ella nunca llegó a encenderse. No vivió suficiente tiempo como para que eso sucediera. Janis era una luz muy y feroz, muy hermosa, que ardió rápido, demasiado rápido.

Rosanne Cash

 FUENTE

Cash Rosanne. Janis Joplin. La belleza de Janis consiste en la total ausencia del miedo. En: Revista RollingStone Argentina, 1º de julio de 2004

Pizarnik, Alejandra. Poesía completa. Barcelona: Lumen, 2000